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Una de las etapas que más disfrutan las mujeres es cuando empiezan ese camino hacia la maternidad. Sin lugar a duda, se da paso a nuevas rutinas, cambios emocionales y físicos, los cuales se deben gestionar de la mejor manera para cuidar la salud de la madre y el bebé.
Es por eso que los hábitos de vida saludable toman mayor relevancia, ya que influyen en la calidad de vida y en el proceso de gestación.
Entre esos buenos hábitos, el ejercicio es determinante para el cuidado de la salud de la mujer, ya que evita el sedentarismo y con ello enfermedades cardiovasculares, cardiopatías, diabetes tipo 2 y diferentes tipos de cánceres, osteoporosis e hipertensión, hasta problemas neuromusculares.
Hacer ejercicio es el mejor aliado para cuidar la salud. Se debe mantener a lo largo de la vida, y más cuando la mujer está en embarazo, “ya que está comprobado que el hecho de movernos no solo tiene un impacto positivo sobre todos los sistemas de nuestro organismo, sino que también nos hace más felices, nos ayuda a dormir mejor y regula nuestras emociones negativas”, señala el pediatra Héctor Mendoza.
Seguir con las rutinas de ejercicio durante el embarazo debe ser un proceso guiado por un profesional, porque influyen diferentes factores incluyendo la condición física previa al embarazo, cómo se esté desarrollando el proceso de gestación o si existe alguna condición particular de salud. La recomendación del pediatra Mendoza es que “antes de emprender cualquier programa de ejercicios haya una valoración médica para poder determinarlo según cada caso”.
Ya con la valoración, como lo indica la Organización Mundial de la Salud (OMS), “las mujeres embarazadas y en puerperio, sin contraindicaciones, se les recomienda realizar una actividad física regular de mínimo 150 minutos de actividad física aeróbica con intensidad moderada, la cual incorpore varias actividades aeróbicas y de fortalecimiento muscular, incluso añadir estiramientos moderados con el fin de obtener beneficios notables para la salud”.
Entre esos beneficios también se destaca que el ejercicio es importante para la preparación de cada una de las fases del embarazo, ya que al final de este la mujer gasta más energía y necesita más energía. Por eso, “en la medida que esté preparada para ese momento se facilitará un trabajo de parto adecuado y el ejercicio es fundamental”, señala Lina Acuña, profesional en el cuidado de la fertilidad de la Universidad de la Sabana.
En las rutinas de ejercicios o la actividad física se debe favorecer el fortalecimiento cardiovascular y muscular. Por ejemplo, ejercicios de fortalecimiento del piso pélvico, caminatas suaves, pilates o yoga se recomiendan porque ayudan a la flexibilidad y favorecen el momento del parto.
Se debe tener en cuenta que si la mujer es sedentaria, mínimo debe esperar a que pase el primer trimestre del embarazo para empezar a hacer actividad física suave a moderada, las mujeres que tienen experiencia de ejercicio o que son deportistas “pueden seguir con sus rutinas. Ahora vemos mamás gestantes nadando, montando bicicleta o en el gimnasio para mantener sus rutinas. El llamado es a seguir moviéndose y hacer ejercicio de una forma consciente e informada”, concluye Mildred Guarnizo-Tole, docente de la Facultad de Enfermería de la Universidad El Bosque.
Preparación para la maternidad y la paternidad
“Debemos dejar claro que el ejercicio y la actividad física a lo largo de la vida son un factor determinante para cuidar la salud. Ya en la condición de gestación toma relevancia, porque le permite a la madre crear rutinas de cuidado que impactan de forma positiva su vida y la del bebé. Al querer iniciar esas rutinas de ejercicio con frecuencia aparecen falsas creencias como que el ejercicio le puede hacer daño al bebé. Eso no es cierto. El ejercicio es un aliado para la vida y se debe hacer es con precaución conociendo el contexto de cada mujer. Por eso individualizar los casos es clave para rutinas personalizadas que se adapten a las necesidades de cada mamá. Entonces crear consciencia de la importancia del ejercicio y escalarlo en la familia es lo ideal para tener mejores resultados. Esto se puede fortalecer a través de la preparación para la maternidad y paternidad, que a través de la tecnología y la alternancia acompaña a los futuros padres en esos procesos”, señala Mildred Guarnizo-Tole.