De acuerdo con el cable enviado por la Embajada de Estados Unidos en Bogotá el 22 de abril de 2005, el Ejército colombiano mantenía en secreto, en el Estado de Zulia, una compañía secreta cuyo objetivo era dar con el paradero del cabecilla de las Farc, alias 'Iván Márquez'. De dicho plan, según el cable, tenían conocimiento autoridades militares del vecino país.
En otro cable, Estados Unidos le reportaba desde Bogotá al Departamento de Estado que Juan Manuel Santos, entonces ministro de Defensa, estaba empeñado en dar con un cabecilla de las Farc y para ello había contratado a asesores israelíes. Dicho cable, de noviembre de 2008, deja claro la preocupación del Ejecutivo colombiano porque no había sido ubicado ningún cabecilla del grupo guerrillero.
Los asesores, según le contaba el entonces embajador William Brownfield al Departamento de Estado, habían sugerido analizar otras posibles amenazas, no solo la guerrilla.
El diplomático también contó cómo se fortalecía la relación entre los dos países, Colombia e Israel, con la contratación de firmas, por parte de Colombia, de compañías israelíes especialistas en venta de armas, naves y otros equipamentos de uso estrictamente militar.
Una vez la ofensiva guerrillera dio resultado, con la baja en marzo de Raúl Reyes, el embajador Brownfield le contó al Departamento de Estado que Juan Manuel Santos estaba intrigado sobre las posibilidades de un conflicto bélico con Venezuela, luego de que ese país reaccionara airado, al igual que Ecuador, por la incursión en Angostura, donde estaba el cabecilla de las Farc.
Con las relaciones diplomáticas rotas de Colombia con Venezuela y Ecuador, Estados Unidos le dijo a Santos que el anuncio de Chávez de enviar tropas a la frontera no era más que eso pues, según la inteligencia del denominado país del norte, los militares venezolanos no estaban en capacidad de emprender un conflicto.