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Para muchos seguidores del presidente estadounidense Donald Trump, conseguir pareja se está convirtiendo en una pesadilla. Las inclinaciones políticas se han convertido en un punto clave del cortejo, y ser un seguidor del republicano no es precisamente visto como un buen atributo.
“En la década de 1950 y 1960, tener diferentes ideas de partidos políticos no fue un factor decisivo en las relaciones. Creo que siempre ha sido lo ideal tener a alguien que comparta tus valores. En los días coloniales, cuando el matrimonio era la decisión financiera y laboral más importante que tomaría en su vida, esos valores giraban en torno a eso: ‘¿Es esta persona una buena trabajadora?’”, explica Stephanie Coontz, profesora de historia del Evergreen State College.
Pero en la década de 1960 las cosas comenzaron a cambiar. Las mujeres comenzaron a tener un capital económico y presencia en la escena cultural y política de Estados Unidos. “Ahora queremos una amistad igual y apasionada, lo que significa compartir habilidades y tareas, valores y tiempo libre”, dice Coontz. Esto explica que los ciudadanos modernos busquen en sus parejas socios más que acompañantes, para poder compartir visiones sobre el mundo que estén en el mismo plano. Le recomendamos: ¿Qué es el amor?, la pregunta que intentan responder en la Universidad de Stanford?
Desde la llegada a la Casa Blanca de Trump, los seguidores del presidente se han sentido marginados, tanto en todo tipo de espacios, siendo el amor uno de ellos. Para resolver esta problemática, varios partidarios del mandatario, y discípulos del Partido Republicano, han creado una serie de aplicaciones de citas por internet, similares a la conocida Tinder.
Emily Moreno, quien trabajó en la campaña de un senador republicano en 2016, es la fundadora de Donald Daters, una de estas aplicaciones. “Sigo escuchando historias de mis amigos sobre cómo en aplicaciones de citas tradicionales siempre les dicen que no van a conseguir una cita. Las personas que la obtienen tienen que autocensurarse en un segundo encuentro sobre su línea política. Creo que eso es muy revelador sobre dónde estamos en este momento, y es triste que la política se haya atrincherado en nuestra vida romántica”, dice Moreno, quien asegura que hay una discriminación contra los conservadores.
En 2017, OkCupid, una plataforma de citas encontró que el 74 por ciento de usuarios encontraba que la votación presidencial era un factor decisivo para sus relaciones. El profesor de ciencia política de la Universidad Estatal de Pennsylvania, Peter Hatemi, encontró que esto no equivale, sin embargo, a una discriminación. “Es la autoselección. Se basa en datos realmente sólidos en los que se busca a similares. No hay absolutamente ninguna discriminación estructural que les impida a los conservadores salir”, dice.
Moreno creó Donald Daters en octubre de 2018. Se trata de una aplicación similar a Tinder. Los usuarios tienen 25 ‘swipes’ al día, una especie de tiro con el que le dicen a otros usuarios que están interesados. Para tener más, hay que pagar una suscripción. Según cuenta su fundadora, en los primeros meses tras su lanzamiento se ha descargado más de 20.000 veces.
Algunos de los usuarios, como Josh y Scott, consultados por el portal Vox, aseguraron que, aunque no se sienten discriminados en otras aplicaciones, se sienten más cómodos en las que se concentran los republicanos. “Ser conservador es un valor central; es una elección de estilo de vida”, dice Lawton, fundadora de Righter.
Las aplicaciones de citas, en general y no solo las de los seguidores de Trump, han adquirido popularidad en los últimos cinco años. Que se hayan creado aplicaciones especializadas solo para republicanos habla mucho de la polarización que vive Estados Unidos tras el ascenso de Trump.