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Un árbol de Navidad instalado en la ciudad minera siberiana de Kemerovo, en Rusia, provocó un escándalo el viernes en los medios y las redes sociales rusas debido a su precio. Algunos ciudadanos han considerado “demasiado caro” su precio, y aseguran que este simboliza la corrupción en las esferas políticas de la ciudad.
La instalación luminosa en forma de árbol de Navidad, de 25 metros de altura y con casi mil diseños de iluminación diferentes, costó unos 18 millones de rublos (255.000 euros), tres veces más que el precio del árbol instalado en el Kremlin de Moscú, según la cadena de noticias OTR.
Los medios de comunicación rusos a lo largo de la nación se apresuraron a ironizar sobre la “gran vida” que llevan los 550.000 habitantes de Kemerovo, una ciudad industrial situada en la cuenca minera de Kuzbass y no muy conocida por su riqueza. Vea también: Vladimir Putin: a lo único que le teme la mafia rusa
El comediante ruso Ivan Urgant, presentador de un programa en el popular Canal Uno, ridiculizó el árbol de Kemerovo por tener “adornos muy caros: conejos, osos, automóviles y aviones” e insinuó la corrupción en el ayuntamiento.
“Aquí la gente no vive. Sobrevive ¡Y gastamos 18 millones en un árbol!”, afirmó un residente local, Roman Khabibulin, en la red social rusa VKontakte. "Es tan estúpido como comprar el último iPhone cuando sus hijos no tienen nada para comer", agregó otro usuario de VK, Ivan Lebedev.
Algunos críticos pidieron que se utilizara un verdadero árbol de navidad y se gastara el dinero para “curar a los niños enfermos de cáncer” o “facilitar apartamentos a las parejas jóvenes”. Por su parte, el Partido Comunista compartió las quejas que dicen que este es un símbolo de un “flagelo nacional: el de la corrupción”.
El alcalde de Kemerovo ha defendido la compra argumentando que este era un árbol tecnológico que reemplazaría a uno viejo que ya era demasiado costoso de reparar. Entre tanto, la compañía Sibevrostroy, encargada de la venta, ha negado que se precio haya estado inflado.
En Rusia se levantan árboles, como en gran parte del mundo, para celebrar las festividades decembrinas como Navidad y Año Nuevo. Las ciudades gastan usualmente grandes cifras de dinero en decoraciones y fuegos artificiales, pese a que las celebraciones se desalentaron durante la era soviética y más tarde con la caída del bloque soviético. Además, en los últimos años han crecido las manifestaciones contra la corrupción del Estado, por lo que esta noticia en particular terminó en los titulares de varios medios rusos.