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El futuro de Santurbán

Después del anuncio de la compañía canadiense Greystar de retirar la solicitud de licencia ambiental, son varias las opciones que se abren para esta región estratégica.

Pablo Correa
18 de marzo de 2011 - 10:00 p. m.

Después del anuncio hecho por la empresa canadiense Greystar de retirar temporalmente la solicitud de licencia ambiental, así como el programa de trabajos y obras en el Páramo de Santurbán (Santander), son varios los escenarios que se abren para esta zona de gran riqueza hídrica pero también mineral.

Orlando Beltrán Quesada, del Comité pro Defensa del Páramo de Santurbán, celebró la noticia, pero entendió que se trata tan sólo de una primera etapa en la defensa del páramo que provee de agua a Bucaramanga y algunos municipios aledaños.

Un primer escenario es que la compañía canadiense simplemente reformule la operación en el lugar y mude a zona de subpáramo y bosque alto andino todo el proyecto. Para el líder comunitario, “la idea de intervenir el subpáramo o el bosque alto andino tiene prácticamente la misma repercusión, los mismos efectos negativos ambientales, que hacerlo en zona de páramo. Todo está integrado en una sola unidad ecosistémica e interdependiente”.

Es la misma opinión de Erwing Rodríguez-Salah, director ejecutivo de Fenalco Santander: “Considero que así el proyecto Angostura se replantee en ubicación, no es viable. Hay que tener claro que el ecosistema del páramo comprende lo que es páramo, subpáramo y bosque alto andino. El efecto en un componente incide en los otros dos. Por eso consideramos que es inviable”.

Para Eugenia Ponce de León, exdirectora del Instituto Humboldt, otro de los escenarios a la vista es una “rápida acción de la Corporación para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga en la que se declare toda la zona como un área protegida, un Parque Regional”. Sólo con este esquema, todo el páramo podría quedar blindado jurídicamente de cualquier intervención minera.

“El páramo es una unidad que se debe manejar conjuntamente. Las empresas mineras pueden no entrar al páramo propiamente dicho, pero pueden dejar la montaña como un queso, destruyendo toda la zona de acuíferos”, comentó la experta.

María Victoria Duque, subdirectora de la publicación digital Razón Pública, descarta la invasión de mineros ilegales como un posible escenario porque sus modos de operación no permiten extraer el oro de Santurbán, que se encuentra disperso en grandes bloques de tierra.

Quizá la posibilidad más interesante a la vista, y en la que los santandereanos podrían convertirse en un ejemplo para el mundo, es el pago por servicios ambientales. Se trata de nuevos modelos de conservación que buscan crear puentes entre los intereses de los propietarios de la tierra y los usuarios de los servicios.

“Creo que es el momento de pensar en esto. Se logró un primer paso de proteger el páramo, pero qué vamos a hacer con la gente que vive en la zona. El cobro de servicios ambientales es una posibilidad”, comentó Duque, de Razón Pública.

Aunque son escasos los ejemplos de pago por servicios ambientales, si los santandereanos descubren un modelo que permita el flujo de recursos para la conservación de un área de tanta importancia ecológica, con lo cual se favorecen las comunidades allí asentadas, sin duda estarían reescribiendo la relación con la naturaleza.

Ayer viernes, estas mismas comunidades manifestaron su malestar por la situación agrediendo a la periodista de CM& Ana Mercedes Ariza y a su camarógrafo en el municipio de California. Después de todo, esperaban que la explotación de oro aliviara las penurias económicas que han padecido a lo largo de  varias décadas.

Por Pablo Correa

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