Publicidad

El mal silencioso del siglo XXI

Sobrepeso y sedentarismo, principales causas de esta patología que fue tema central del XVIII Congreso Interamericano de Cardiología.

Gabriela Supelano/Cartagena
13 de marzo de 2011 - 08:00 p. m.

Imagine un caucho nuevo y en perfecto estado. En el momento en que usted lo estira, el caucho cede perfectamente, pero con los años su flexibilidad disminuye hasta que llega un momento en el que no resiste más y se rompe. Así son nuestras arterias. Con el paso del tiempo sus paredes se ponen rígidas y el flujo de sangre se ve obstruido por acumulaciones de grasa que aumentan el riesgo de infarto y de formación de coágulos o trombos. A esta rigidez se le conoce como arterioesclerosis, la cual siempre conduce a la hipertensión, una enfermedad cardiovascular con altas tasas de morbilidad y mortalidad.

La prevención y el tratamiento de esta condición, fueron los temas sobre los que más se discutió durante el XVIII Congreso Interamericano de Cardiología, que finalizó este fin de semana en Cartagena. Según el médico Vicente Betomeu Martínez, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, la hipertensión y las complicaciones cardiovasculares que conlleva son la primera causa de muerte en el mundo.

“Además de la muerte, explicó, la hipertensión produce otras complicaciones, como infartos, derrames e insuficiencia renal”. La masificación de esta enfermedad crónica, sumada a las dificultades para diagnosticarla a tiempo (no tiene síntomas) y el hecho de que su tratamiento es complejo y vitalicio, la han convertido en uno de los males del siglo XXI que más preocupan a la comunidad médica.

El aumento de la presión en  las arterias afecta a un tercio de la población mundial y se estima que en los próximos 14 años habrá un 60% más de personas hipertensas. Una realidad que se ve reflejada también en Colombia, en donde las cifras son alarmantes: aproximadamente 11 millones de los habitantes del país han sufrido esta enfermedad. Las causas están relacionadas con el alto consumo de grasas, de azúcares y sal, además del sedentarismo. Según la Encuesta Nacional de Salud, cuyos resultados se conocieron el viernes, más de la mitad de los colombianos están en sobrepeso y al 46% no hace ningún tipo de actividad física.

Vicente Betomeu Martínez asegura que esto es un problema relacionado con la educación y la pobreza, dos factores que inciden en una alimentación inadecuada y en la ausencia de conocimiento acerca de la hipertensión y las recomendaciones que se pueden adoptar para prevenirla.

En esto coinciden Alberto Servando Villamil, especialista en hipertensión arterial de Buenos Aires, y Efraín Gómez, jefe de la Unidad de Cuidados Coronarios de la Clínica Shaio en Bogotá. “Las personas tienen que ser conscientes de que la única forma de saber si hay hipertensión es tomándose regularmente (al menos una vez cada dos años) la tensión arterial”, explica Gómez.

Por su parte, el cardiólogo argentino advierte que también se debe tomar la presión de toda la familia, ya que nunca se sabe si hay una predisposición genética a esta condición. En lo que todos coinciden es en la necesidad de que existan unas políticas públicas a través de las cuales la población sea educada en la adopción de hábitos de vida sanos.

En este sentido, para estos expertos resulta indispensable que las personas que más riesgo tienen de sufrir la enfermedad (quienes tengan familiares hipertensos, se alimenten mal, fumen o abusen de las drogas o el alcohol), sepan cómo controlar efectivamente su presión.

Una de las dificultades entre los pacientes que están en tratamiento es que olvidan tomarse el medicamento o lo suspenden por algún motivo. Gómez explica que para solucionar esta problemática se están desarrollando fármacos que en una sola pastilla combinan el efecto de dos medicamentos. “Así resulta más fácil que puedan continuar el tratamiento”. Aunque esta parece ser una solución efectiva, lo ideal para lidiar con este mal silencioso y mortal es apostarle por la prevención. Y en este punto se requiere de un gran esfuerzo  del Estado, la comunidad médica y los ciudadanos.

Por Gabriela Supelano/Cartagena

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar