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El refugio a un líder de las Farc

Un reporte a Washington desde la Embajada de Estados Unidos en Brasil señala que quedaron dudas sobre la forma en que quedó refugiado el presunto jefe de las Farc, Francisco Cadena, al parecer por presión del gobierno Lula.

El Espectador
07 de agosto de 2011 - 11:30 a. m.

A mediados de 2006, la decisión del Comité de Refugiados Brasileños de otorgarle protección a Francisco Antonio Cadena, acusado en Colombia de nexos con la guerrilla de las Farc, causó revuelo entre las dos naciones. Este momento quedó referenciado en un cable diplomático enviado por la Embajada de Brasilia, en el cual se evidenció la incomodidad de Washington por la determinación, dejando entrever que se había hecho por presiones del gobierno, entonces presidido por Inácio Lula da Silva.

El cable expresó que en agosto de 2005 fue arrestado en Brasil Francisco Antonio Cadena, conocido con el alias de Oliverio Medina y calificado como uno de los embajadores de las Farc en América Latina. El Gobierno colombiano solicitó su extradición para que fuera procesado por delitos de secuestro, extorsión y terrorismo. Pero súbitamente el Comité de Refugiados del vecino país le otorgó su protección, basado en una declaración de Cadena, según la cual estaba dispuesto a cortar sus nexos con las Farc.

No obstante, el informe a Washington dejó la duda de que a pesar de las acusaciones creíbles contra Francisco Cadena y de la postura oficial del gobierno brasileño de repudiar el terrorismo internacional, al parecer el gobierno Lula intervino para desviar el trámite judicial y presionar al Comité de Refugiados para que, contrario a sus principios, se le concediera el asilo a Francisco Cadena. Una semana después, el Gobierno colombiano pidió reconsiderar la medida.

El cable diplomático citó la intervención del consejero colombiano en la Embajada en Brasil, José Manuel González, quien de entrada advirtió que según la norma del Comité de Refugiados estaba prohibido concederles asilo a presuntos autores de crímenes de guerra o actos de terrorismo, pero que dicho comité, argumentando carácter de confidencialidad, concedió la protección sobre la base de una supuesta promesa de Cadena de cortar sus nexos con las Farc y dedicarse a su familia brasileña.

Días después, un periódico de Brasil reiteró el compromiso de Cadena, pero expresó que detrás de la decisión estaba la intervención de un asesor del gobierno brasileño que tenía simpatías con las Farc y que además Francisco Antonio Cadena tenía nexos muy cercanos con el Partido de Los Trabajadores, al cual pertenece el entonces presidente Inácio Lula da Silva. Es más, agregó la prensa brasileña que Cadena se había reunido con líderes de la organización política en una mansión a las afueras de Brasilia.

En medio de los comentarios de la prensa, trascendió también que algunos líderes del Partido de Los Trabajadores se habían reunido con Francisco Antonio Cadena en la cárcel. Lo que no pudo probarse y se rumoró mucho fue que se habían dado donaciones de las Farc a la organización política. Sólo quedó en el ambiente diplomático que, a pesar de sus expresiones públicas contra el terrorismo, Brasil se había negado a extraditar a uno de los cancilleres de las Farc.

A manera de colofón, la Embajada comentó que se trataba de una decisión audaz, pero no sorpresiva, aunque en su criterio le parecía desconcertante que se le concediera el refugio a Cadena a pesar de un gobierno amigo y vecino, además elegido democráticamente. La Embajada de Estados Unidos quedó convencida de que un alto nivel de presión política fue determinante para esa decisión, y que en consonancia con los colombianos, iban a tratar de descifrar qué había detrás de esa concesión de asilo.

El tema no volvió a trascender más y nunca volvió a saberse de la suerte del llamado canciller de las Farc,  Francisco José Cadena o alias Oliverio Medina. En cambio, esta semana, a raíz de una mala interpretación de una exposición pública del expresidente Lula da Silva, durante una visita a Bogotá, el expresidente Álvaro Uribe se despachó contra su excolega, manifestando en su cuenta de Twitter, entre otros aspectos, que “Lula fue incapaz de extraditar al Cura Camilo, terrorista refugiado en Brasil”.

Además, Uribe
expresó en distintos mensajes: “Lula incapaz de declarar terroristas a la narcoFarc” o “Lula: muchos colombianos repudiamos su permisividad con los narcoterroristas de las Farc”. ¿Una cuenta de cobro por lo que sucedió en 2006? Al menos en el cable diplomático liberado por Wikileaks queda claro que alrededor de la condición de refugiado, otorgada a Francisco Cadena, quedaron suspicacias de la presión del gobierno Lula para darlo por los presuntos nexos de Cadena con el Partido de Los Trabajadores.

Por El Espectador

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