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En la piel de un gánster

Entrevista exclusiva con Johnny Depp, quien encarna en la película ‘Enemigos públicos’ al delincuente John Dillinger.

Fabián Waintal
29 de agosto de 2009 - 02:28 a. m.

Si Sean Connery y Kevin Costner hicieron famosa la película Los Intocables por luchar contra la mafia de Al Capone; Johnny Depp trae su propia fama a la película Enemigos públicos, del otro lado de la ley, interpretando al verdadero gánster americano John Dillinger que se dedicaba a robar los bancos de Chicago, en la década de los 30, escondiendo además una historia de amor que en el cine interpreta la actriz Marion Cotillard.

En Owensboro, Kentucky, Johnny Depp nació el 9 de junio de 1963. Y sin la necesidad de cambiar su nombre verdadero por algún apodo original, desde muy joven ya buscaba fama, cuando dejó los estudios con apenas 15 años para dedicarse al rock. Así formó varios grupos que no llegaron demasiado lejos y después de casarse con Lori Allison (24 de diciembre de 1983), se inclinó por la actuación gracias a que ella le presentó a Nicolas Cage.

El personaje de Glen Lantz en la película Pesadilla en la calle del infierno  fue su gran debut en cine. Pero la fama llegó con la televisión, cuando reemplazó a otro actor (Jeff Yagher) en la serie 21 Jump Street (Comando especial) . Ya era conocido entre los adolescentes, cuando con Tim Burton filmaron el primer éxito de Eduardo manos de tijera. Para ese entonces ya se había separado de su primera esposa y después de algunos romances famosos con Winona Ryder, Jennifer Grey y Kate Moss, Johnny Depp decidió dejar el ruido de Hollywood para mudarse a la tranquilidad de Francia, cuando su actual pareja, Vanessa Paradis, quedó embarazada de su primera hija, Lily Rose. Y cuando nació su segundo hijo, Jack, en 2002, a pesar de ser una superestrella, a Johnny Depp no le importó aceptar el papel secundario de la trilogía del mariachi de Robert Rodríguez y Antonio Banderas Érase una vez en México. Claro que al mismo tiempo ya tenía bajo su manga el superprotagónico de Jack Sparrow en Piratas del Caribe, con el que fue nominado por primera vez al Oscar (al día de hoy confiesa que para aquel rol se basó en la estrella de rock Keith Richards y el zorrino Pepe de Looney Tunes). Pero aquella vez le ganó Sean Penn con la película Río místico.

En la siguiente temporada, Johnny Depp volvió a ser nominado por la historia sobre el autor de Peter Pan Descubriendo Nunca Jamás, frente a otros grandes como Leonardo DiCaprio (El aviador), Clint Eastwood (Golpes del destino) y el ganador Jamie Foxx (Ray). Y hace apenas dos años recibió una tercera nominación con la película del barbero Sweeney Todd, pero la competencia resultó todavía peor, frente a George Clooney (Michael Clayton), Tommy Lee Jones (En el valle de  Elah), Viggo Mortensen (Promesas peligrosas ) y el verdadero ganador Daniel Day Lewis (Petróleo sangriento). El Oscar parece ser una deuda pendiente. Y sólo queda esperar y ver si tendrá otra gran oportunidad, con la nueva película Enemigos Públicos .

¿Qué encontró en la investigación de John Dillinger? ¿Es cierto que los dos crecieron en el mismo lugar?

Como no hay disponible demasiado material fílmico de John Dillinger, no hay audio de su voz, lo máximo que conseguí fue una grabación de su padre y cuando lo escuché y empecé a hacer cuentas, imaginé que se había criado en el campo, al Sur de Indiana, en Mooresville. Y yo nací en Owensboro, Kentucky, a menos de 150 kilómetros de distancia. Ahí fue donde todo empezó a funcionar. Empecé a escucharlo, entendí cómo se movía, sabía cómo hablaba. No era muy diferente a mi abuelo, que en los años 30 salía a correr con una pelota. Entre eso y mi familia, teniendo un padrastro que pasó un par de años estudiando en la penitenciaría de Statesville, tuve los ingredientes que me permitieron encontrarme con John Dillinger.

¿Se identifica con John Dillinger en la forma en que un hombre debía vivir en aquel entonces?

Bastante. Por suerte yo no salgo de casa con dos revólveres ‘45 colgados en mi pecho ni con una ametralladora Thompson. No necesito hacerlo, por Dios. Pero tengo que decir que John Dillinger representaba bastante aquel momento, especialmente en 1933, cuando los bancos eran los enemigos y la gente del gobierno como J. Edgar Hoover eran peores que la mayoría de los criminales. John Dillinger en cierta forma era un hombre común, un héroe existencial. Él se levantó y decidió que no iba a mirar para atrás, había estado en la cárcel diez años y quiso ir para adelante, queriendo conseguir lo que quería conseguir, haciendo lo que sabía hacer, sin tratar de herir a nadie en el proceso. Tengo bastante admiración por Dillinger, sí.

¿Cómo explica la paradoja de la gente que admira más al villano que a los buenos de una película?

 Creo que depende del villano o lo que percibe la gente de alguien malo. Como le decía de J. Edgar Hoover y John Dillinger. Si me dieran a elegir entre estar en una habitación, de espaldas a Hoover o Dillinger, yo elegiría a Dillinger. Hoover era un hombre vicioso y con una posición demasiado influyente en el gobierno durante muchos años. Y la fascinación por los malvados, depende. Por un lado se tiene a John Dillinger, Bonnie & Clyde o Billy the Kid, pero también está Charles Manson donde se supone que la fascinación pasa porque pueda existir alguien tan salvaje. Es la mentalidad, ¿no? La gente incluso suele bajar de velocidad cuando ve un accidente de autos. ¿No le parece raro?

¿Dillinger vivía en los tiempos en que un hombre era hombre? ¿Qué es un verdadero hombre para usted?

Sólo fíjese en la moda de aquel entonces, los hombres usaban sombreros, traje, corbata, hacían un esfuerzo, tenían cierto sentido de individualidad que creo hemos perdido con los años. Me parece que la mayoría de la gente tiende a vestirse igual, tiende a hablar igual. Cuando vas con el auto por la calle, escuchas la misma música. Creo que la tecnología afecta lo propiamente humano. Hemos chocado frente a una pared digital y supongo que perdimos la posibilidad de ser simples. El factor humano desapareció. En aquel entonces, los hombres eran individuales, eran lo que eran, hacían lo que tenían que hacer. No teníamos una cultura basada en revistas de chismes, no había reality shows en televisión. Si John Dillinger viviera para ver lo que vivimos, tan duro como él era, seguramente saldría corriendo a gritos por toda la locura que hoy estamos acostumbrados a ver.

¿Y a usted?, ¿qué lo hace más hombre?

Mi cambio de sexo me hizo más hombre (ríe). Lo que me hace más hombre... tampoco quiero darme una palmada en la espalda, pero si soy  algo en la vida, antes que nada, soy padre y después de ver a mis hijos, creo que soy un padre bastante decente. Es todo lo que puedo esperar de  ser  hombre, ser leal con uno mismo, ser leal con quienes amas, ser gentil con la gente. Yo quiero ser un buen padre.

Por Fabián Waintal

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