En 1996, un cantante de voz dulce cautivó las ondas radiales colombianas con su versión de ‘Sentimientos’, el bolero de Julio Jaramillo. Este cantante era el girardoteño Charlie Zaa, quien rápidamente se convirtió en la respuesta colombiana al fenómeno mexicano de Luis Miguel.
El nombre de pila de Zaa es Carlos Alberto Sánchez. Su padre, Luis Humberto Sánchez, fue en su juventud cantante de serenatas en Girardot e Ibagué, y de ahí sacó Charlie su vena musical. Sin embargo, Sánchez no era un cantante exitoso y Zaa tuvo una infancia humilde, que lo llevó a vender productos como telas, cuchillos y calcomanías desde los nueve años.
Como lo que Charlie quería era cantar, empacó sus cosas y a los 13 años se unió a la orquesta tolimense ‘la Gran Escala’. Allí lo descubrió Jairo Varela, quien lo invitó a hacer parte del famoso ‘Grupo Niche’, una de las orquestas de salsa más famosas del país. De Niche saltó a la orquesta Guayacán, otra orquesta de salsa, donde estuvo durante dos años. Sin embargo, la herencia musical de su padre le había dejado al bolero en el corazón y por eso, cuando llegó el momento de lanzarse a cantar en solitario, fue éste el género que escogió.
Fue así como a mediados de los años noventa apareció en el mercado ‘Sentimientos’, un disco con versiones modernas de los boleros clásicos de Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas, que conquistó primero a la audiencia colombiana y posteriormente traspasó las fronteras del país.
La primera prueba de su éxito internacional llegó en 1997, cuando ganó un Billboard Latino a la mejor canción, categoría en la que competía con los astros Luis Miguel, Alejandro Sanz y Marc Anthony. Fue el primer colombiano en obtener este galardón.
Al año siguiente fue ganador de dos premios Lo Nuestro al Mejor Álbum del Año y Mejor Artista Masculino. Además, se presentó en el festival de Viña del Mar, y en el Madison Square Garden de Nueva York.
El éxito de Zaa siguió en subida. ‘De un solo sentimiento’, su tercer CD, fue nominado al Grammy latino en 2002.
En 2004 se vio obligado a tomar un prolongado descanso cuando un cálculo renal le causó una crisis en medio de un concierto en Puerto Rico, y tuvo que ser trasladado de urgencia a Bogotá para una intervención quirúrgica. Una vez recuperado, siguió con su prolífica carrera.
Charlie Zaa sigue siendo uno de los artistas colombianos más exitosos en el exterior y durante la primera década del siglo XXI grabó prácticamente un disco por año. Ha vendido más de seis millones de copias en todo el mundo y sigue cosechando éxitos. En 2010 regresó a las discotiendas con un CD y un DVD con sus grandes éxitos, y cantó en el concierto de 14 horas organizado por la Embajada de la República Dominicana en Colombia a beneficio de los damnificados por el terremoto de Haití.
Así mismo, Zaa es un conocido empresario de la vida nocturna en Girardot, su ciudad natal. Es dueño de Oasis, el centro comercial de moda en la ciudad, y la discoteca del mismo nombre es un sitio obligado para los turistas capitalinos que veranean en esta ciudad, a orillas del río Magdalena.
Si el futuro de Charlie Zaa es reflejo de su pasado, podemos asegurar que los éxitos seguirán llegándole al hijo más famoso de Girardot. Un ejemplo de que todo es posible, si se tiene un sueño. Encuentra aquí dos de sus grandes éxitos. Lea el artículo original en http://bit.ly/ec0cxO
Por Conexión Colombia, especial para Soyperiodista.com