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Si quiere impresionar hágalo hablando, no escribiendo, es la recomendación que da un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Chicago, titulado El sonido de la inteligencia, en el cual los autores llegaron a la conclusión de que la comunicación escrita hace sonar a los individuos menos inteligentes o preparados para ser contratados que cuando dicen exactamente lo mismo pero de forma oral.
Según lo explica Nicholas Epley, profesor de ciencia del comportamiento de la Universidad de Chicago y coautor del estudio, las señales vocales “demuestran que estamos vivos por dentro. Que somos seres activo y pensantes”. Para obtener este resultado, el grupo de investigadores hizo una serie de experimentos.
Primero reunieron a 18 estudiantes de maestría en administración de negocios y los grabaron, durante dos minutos, haciendo una propuesta a un futuro empleador. Después distribuyeron ese material entre 162 personas que estaban visitando el Museo de Ciencia e Industria en Chicago, pero a un grupo se le permitió ver el video entero, a un segundo sólo el audio y al tercero la transcripción escrita de lo que dijeron.
El resultado fue que los dos primeros grupos evaluaron a los candidatos con un intelecto más alto que quienes leyeron la transcripción. Otra prueba consistió en pedir a los mismos 18 estudiantes que escribieran un texto de sus propuestas como empleados. El resultado fue el mismo. Las personas calificaron mejor el discurso hablado que la propuesta escrita. Finalmente, y para salir de dudas, se repitió el experimento con cazatalentos profesionales de 500 compañías. El resultado no cambió.