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Hidrocarburos en Colombia: por cien años más

La industria del petróleo celebra un siglo de actividades en Colombia. La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) hace un recuento sobre el desarrollo del sector, fundamental para la economía del país.

Redacción Especiales
11 de noviembre de 2018 - 04:00 p. m.
Desde 2003, con la creación de la ANH, el sector petrolero colombiano ha consolidado un modelo atractivo para el inversionista y de gran beneficio para el país. / Cortesía
Desde 2003, con la creación de la ANH, el sector petrolero colombiano ha consolidado un modelo atractivo para el inversionista y de gran beneficio para el país. / Cortesía
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En 2003, por medio del Decreto 1760, se consolidó la reestructuración del sector hidrocarburífero colombiano con la creación de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH). La entidad nace como respuesta a la situación crítica que atravesaba Colombia debido a la disminución de las reservas de petróleo, lo cual, eventualmente, llevaría al país a convertirse en importador de crudo.

Esta reestructuración buscaba hacer más competitiva a Ecopetrol al separar su doble rol de entidad reguladora y de empresa petrolera. Por esta razón se dispuso que únicamente se dedicara a explorar, producir, transportar, refinar y comercializar hidrocarburos, es decir, trabajar exclusivamente en el negocio petrolero en todas las fases de la cadena, compitiendo en igualdad de condiciones con las demás compañías del sector.

De esta forma, la ANH asumió de Ecopetrol la labor de administración y regulación del recurso hidrocarburífero de la nación, y comenzó la transformación de Colombia en un país nuevamente prospectivo y atractivo para los inversionistas nacionales y extranjeros. Sin embargo, Ecopetrol mantiene todas las áreas que tenía bajo operación directa y los contratos de asociación firmados hasta diciembre 31 de 2003.

Quince años de aportes
Desde entonces todos los esfuerzos de la Agencia estuvieron orientados a diseñar estrategias que devolvieran la competitividad al sector, logrando incluir nuevamente al país en el mapa petrolero del mundo, incrementando el índice de prospectividad y atraeyendo a los inversionistas privados.

Entre los principales logros se cuenta la adopción del nuevo contrato de regalías, impuestos y derechos por parte de la ANH, que reemplazó el contrato de asociación. Este modelo contempla tres etapas diferentes y separadas: exploración, evaluación y explotación, cuya duración está alineada con los estándares internacionales y genera una participación para el Estado entre 50 y 60 %.

Los términos económicos de la nueva forma de contrato convierten a Colombia en uno de los países más atractivos del mundo, tanto en participación gubernamental como en utilidades para los inversionistas. Las áreas se asignan mediante procedimientos modernos, transparentes y eficientes, a través de mecanismos adecuados de administración y seguimiento, lo que garantiza procesos con altos estándares internacionales.

El modelo es conveniente para proyectos y compañías grandes, pero también para pequeñas y medianas empresas. Por otro lado, se introdujo el contrato de evaluación técnica (Tea), mediante el cual se puede asignar un área de gran tamaño para realizar trabajos de superficie con el fin de obtener mejor información sobre la presencia de hidrocarburos en una zona específica. Este acuerpuede tener una duración de hasta 18 meses. El contratista de un Tea cuenta con la primera opción para firmar un contrato de exploración y producción en el área asignada.

Como resultado de este importante trabajo, se ha firmado un gran número de contratos desde la adopción del nuevo esquema contractual en junio de 2004. Adicionalmente, su implementación ha traído al país grandes empresas, como BHP Billiton y ExxonMobil, que desde hacía más de diez años no exploraban en territorio colombiano.

En la actualidad, Colombia presenta un régimen atractivo, estabilidad económica y política (entre las mejores de Latinoamérica), una Agencia plenamente operativa, una elevada confianza entre los inversionistas y un gran potencial geológico; considerando las reservas probadas, probables y posibles y los recursos contingentes identificados en áreas en evaluación, exploración y producción a 31 de diciembre de 2017, se alcanzan los 5.448 MBPE (millones de barriles de petróleo equivalente)”.

La gran estrategia
Desde 2014, con el liderazgo de la ANH y el acompañamiento del Ministerio de Minas y Energía y el Ministerio del Interior, entre otros, nació la Estrategia Territorial para la Gestión Equitativa y Sostenible del Sector Hidrocarburos (ETH).

Se trata de un mecanismo integral de promoción del desarrollo territorial y la construcción de paz en regiones donde opera la industria de hidrocarburos, a través del fortalecimiento y la articulación de la institucionalidad pública, la sociedad civil y la industria. La idea es institucionalizar el diálogo, solucionar conflictos de manera alternativa y consolidar escenarios participativos de planificación para el desarrollo humano.

Los objetivos de estas acciones, promovidas por la ANH, son claros: por un lado, buscan facilitar la articulación de actores que participan en el sector de hidrocarburos. También se quiere fortalecer y generar capacidades en comunidades, gobiernos y empresas, así como transformar las relaciones de manera positiva, integrando los intereses de todos. Finalmente, está la meta de construir visiones conjuntas y sostenibles del desarrollo humano en los territorios.

Lo anterior surgió para reducir la conflictividad creciente que afecta el desarrollo del territorio y la operación de la industria. Este panorama se podría resumir en cuatro puntos: baja presencia y capacidad institucional del Estado en regiones apartadas; poca implementación de buenas prácticas sociales y ambientales; alta conflictividad social; y falta de escenarios de diálogo social y participación.

De ahí que los aspectos sociales vengan consolidándose a nivel mundial como una práctica obligatoria al interior de los sectores extractivos, especialmente del sector hidrocarburífero, debido a la necesidad de garantizar que las operaciones se desarrollen bajo altos estándares de desarrollo sostenible, según los términos de ley. De esta forma se busca proteger los derechos de las comunidades asentadas en áreas de interés del sector y a la vez aportar a la conservación del medioambiente, asegurando que la operación minimice los impactos negativos de su entorno y beneficie a las comunidades aledañas.

El desarrollo de esta estrategia ha constituido la aparición de nuevos retos y necesidades para el sector hidrocarburos, con el fin de lograr un modelo de desarrollo cada vez más sostenible en sus actividades, enfocado al progreso en las diferentes regiones del país donde se realizan las actividades propias de la industria en su proceso de exploración y producción.

En este sentido, de acuerdo con la Agencia, la estrategia está fundada en métodos claros y probados con herramientas documentadas y replicables enmarcadas dentro de cuatro programas: Avanza, Lidera, Convive y Acciones Demostrativas. Todo esto encaminado a generar gestión del conocimiento y una política pública para la gestión sostenible y equitativa del sector de hidrocarburos.

Por Redacción Especiales

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