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'Insuficientes esfuerzos contra la desnutrición'

La radiografía de la nutrición infantil en Colombia no es nada alentadora.

Redacción Vivir
07 de agosto de 2011 - 08:59 p. m.

La inseguridad alimentaria cobija al 42% de las familias (hogares sin acceso  tres comidas diarias); uno de cada ocho niños menores de cinco años presenta retraso en el crecimiento; uno de cada dos niños tiene déficit de cinc y uno de cada cuatro es anémico. Las cifras salieron a relucir en la entrega del “Premio por la nutrición infantil Fundación Éxito”, al que fue invitado el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva.

Germán Jaramillo Villegas, director de la Fundación, fue enfático al asegurar que en el país “se ha dado un avance” en la lucha contra la desnutrición, pero a un ritmo muy lento. “El hambre es una situación invisible. Las acciones gubernamentales son insuficientes para enfrentarla”. Dice, además, que en los objetivos del milenio los países del mundo se trazaron la meta de reducir la desnutrición infantil a la mitad, pero “Colombia, al ritmo que va, cumplirá ese objetivo sólo en 2035, es decir, 20 años después de lo previsto, y eso significa sacrificar a una generación”.

Lula da Silva fue el invitado de honor porque conoce de cerca el tema. Sólo basta con señalar algunos logros de sus ocho años de gobierno: 28 millones de brasileños salieron de la pobreza;  la desnutrición se redujo 73% y la mortalidad infantil 45%; el 93% de los niños reciben una alimentación adecuada (comen por lo menos tres veces al día); Brasil es líder  mundial en recolección y distribución de excedentes de leche materna.

 El programa “Hambre cero” fue el centro de la presentación de Lula, quien empezó su intervención diciendo que es inaudito que los gobiernos del mundo “no pongan el hambre como prioridad de sus presupuestos (...) Tenemos la obligación moral y política de no permitir que alguien muera porque no tiene qué comer”. Aseguró que en enero de 2003, cuando comenzó su primer período  presidencial, se fijó esta meta: “Si al acabar mi mandato cada brasileño tiene garantizado desayuno,  almuerzo y cena, me sentiré realizado”.

El éxito de su programa se  resume así: ejecutó la lucha contra el hambre como una política pública de inserción social, no como una campaña de distribución de comida; contó con el apoyo de la sociedad en la formulación y ejecución de la política de seguridad alimentaria y nutricional; e impulsó un movimiento nacional de solidaridad hacia los más afectados.

Por Redacción Vivir

 

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