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Es malaya, tiene 21 años y reside en Sidney, Australia. Sin reparar en lo extraño que hubiera sido recibir tal monto de dinero Jia Xin Lee se dedicó a gastarlo en su mayor afición: ropa y accesorios de marcas de lujo.
En pocos días gastó 2.2 millones de euros. La joven derrochó el dinero mayormente en bolsos de diseñadores cotizados, joyería de las casas más importantes y en ropa de las marcas más exclusivas. Entre los lugares a donde Jia Xin Lee fue de compras se encuentran locales de marcas como Hermes, Chanel, Bvlgari, Dior y Sidney Boutique.
El fin de este sueño multimillonario llegó cuando Christine quiso transferir lo que le quedaba del cuantioso depósito a otra cuenta. El banco Westpac se pudo dar cuenta de las irregularidades y alertaron a las autoridades. Existen vacíos legales en estos tema ya que la persona que recibe el dinero no ha hecho nada para que los acontecimientos se den de esa forma, en ese sentido, técnicamente, no se está incurriendo en un delito. Por otro lado, si un usuario recibe un monto que no corresponde y se lo gasta debe tener mucho cuidado porque estos valores pueden pertenecer a organizaciones al margen de la ley. En el momento en el que el dueño de la cuenta disponga de ese dinero se entenderá como cómplice de ese capital mal habido.
Christine Jia Xin Lee fue arrestada cuando tomaba un vuelo que la llevaría a Malasia. La intención del banco es que la joven devuelva la totalidad del dinero. Todos los objetos que la malaya adquirió fueron decomisados y los abogados del banco los guardan en una bodega a la espera de que se resuelva la situación. Lee fue liberada bajo fianza.
El banco pudo recuperar el poco dinero que quedó después de las compras de la joven. La respuesta de Lee cuando le preguntaron sobre el por qué había gastado la plata fue que creyó que el depósito procedía de sus padres y por eso no se preocupó. Según ella, sus papás se harán cargo del dinero que le debe al banco.