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'La especie humana no puede seguir los pasos de las bestias'

En momentos en que Colombia debate si los homosexuales pueden casarse y adoptar, el autor del libro ‘La homosexualidad en el hombre’ rechaza estas opciones por ser ‘perjudiciales para la sociedad’.

Camila Zuluaga/ Especial para El Espectador
18 de septiembre de 2012 - 12:39 a. m.
Germán Puyana García estudió 25 siglos de historia de la homosexualidad masculina.  / Andrés Torres
Germán Puyana García estudió 25 siglos de historia de la homosexualidad masculina. / Andrés Torres

Justo cuando el país está a la espera de un fallo de tutela de la Corte Constitucional sobre la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo y de la reglamentación del Congreso sobre el matrimonio en esta comunidad, Germán Puyana publica La homosexualidad en el hombre, una investigación de diez años que trae consigo resultados polémicos que muchos no comparten.

¿Por qué decidió escribir un libro sobre la homosexualidad en los hombres?
En la adolescencia encontré que la cosa más maravillosa que había sobre la tierra, que daba origen a la vida humana, era la mujer. Descubrí después que había unos hombres que amaban a otros hombres y eso me produjo un deseo de averiguar qué pasaba con este fenómeno, pero de averiguarlo no en forma superficial o frívola, sino profunda.

¿Por qué investigar únicamente las relaciones homosexuales entre hombres y no tratar el tema entre las mujeres, quienes, por ejemplo, hoy en Colombia están luchando también porque se les permita adoptar?
El tema es tan vasto que lo tenía que dividir en algún punto. Además, la cantidad de homosexuales hombres siempre es mayor, es mucha la desproporción en relación con las lesbianas. Estudié 25 siglos de la historia homosexual y encontré muy pocas referencias a la homosexualidad femenina.

Usted hace una diferenciación entre gay y homosexual, ¿cuál es?
El gay es homosexual siempre, pero el homosexual no siempre es gay. El homosexual es aquella persona que por una serie de circunstancias biológicas, psíquicas o culturales siente que es invertido sexual y vive en privado su condición. El gay es aquel que va a los desfiles de la comunidad, publica su condición, trabaja en la defensa de sus derechos, y cualquier manifestación en contra o discrepante de su biología es considerada y satanizada con el eco de la sociedad, incluso como homofóbica.

¿Para usted los homosexuales son diferentes? ¿Por qué? Ellos son seres humanos igual a todos, ¿no?
Son seres humanos, pero son absolutamente diferentes. Si la humanidad fuera homosexual se acabaría la raza humana. Además, todas las secuelas psíquicas, sociales, médicas e higiénicas de la homosexualidad suelen pasar encubiertas porque por cualquier pronunciamiento que hoy se hace en relación con la homosexualidad, que no sea a favor de ella, los líderes y los voceros de esa comunidad lo señalan a uno con el índice acusador de ser homófobo.

Uno de los argumentos de la comunidad homosexual es que hay ciertos animales que también tienen esa misma tendencia. Hay ciertas especies que aplican las mismas prácticas. Como los perros, los pingüinos, etc.
No existe un solo caso de homosexualidad de los animales equivalente a la de los seres humanos. Devolviendo el argumento de que los animales lo hacen... entonces comerse los hijos, porque los leones se comen a los suyos, es natural. No podemos poner a la especie humana a seguir los pasos de las bestias.

Hay dos aspectos que se discuten sobre los derechos de los homosexuales, uno es en torno al matrimonio. ¿Cuál es su posición frente al tema?
A los homosexuales nadie les prohíbe que se unan y que tengan su organización de bienes. Pero querer el matrimonio, equivalente al del hombre y la mujer es perjudicial para la sociedad. Eso es caricaturizar una institución universal base de toda sociedad. El matrimonio gay nació en la peor decadencia del Imperio Romano y ahora lo estamos trayendo nuevamente.

El otro es la adopción de niños…
Pedir que se les dé derechos de crianza es indebido. Se ha establecido siempre que el patrón educativo de una criatura es el comportamiento de los padres en su casa y nadie lo ha discutido. ¡Nadie! Es un principio sine qua non de la psicología moderna. Ya hay estudios que muestran que la adopción de infantes por homosexuales conduce en buena medida a la proliferación de esta inclinación.

¿Pero en qué afectaría a la sociedad que a los homosexuales se les permitiera contraer matrimonio? ¿Eso no es problema de ellos?
Distorsiona la idea de una sociedad heterosexual como ha existido siempre en todas las culturas. Todas las religiones del mundo, históricamente, condenan la homosexualidad. No condenan a los homosexuales como seres humanos. Condenan la homosexualidad. Un homosexual no puede ser igual a una mujer, no puede pretender serlo tampoco.

Entonces, para usted, ¿qué debe hacer la sociedad para enfrentar ese fenómeno?
Países como Francia, el país más libre del mundo, no tienen matrimonio homosexual. Tienen una unión civil concertada, unos contratos matrimoniales. Y en otros países igual. Pero como la puja es a la igualdad total, es tanta la presión del colectivo homosexual en el mundo occidental, que un líder canadiense entre los homosexuales, John McKellar, previó que si esto sigue así la sociedad algún día, para salvarse a sí misma, va a reaccionar en general contra todos ellos. Y ahí van a pagar justos por pecadores. Entonces creó el Movimiento del Extremismo Gay. Se debe buscar un punto de equilibrio entre quienes están de acuerdo con la homosexualidad y la practican y quiénes no. Sin agresiones, sin hostilidad.

¿Para usted está bien que la sociedad no acepte a los homosexuales?
Ellos tienen derechos y hay que respetárselos. Pero los derechos de los homosexuales terminan donde comienzan los derechos de la inmensa mayoría de la sociedad que es la heterosexual.

Afirma usted que en los medios de comunicación se trivializa la homosexualidad. ¿En qué se basa para afirmarlo?
En los medios de comunicación, en la política y en la sociedad civil. La gente, cuando habla del tema, lo desconoce y lo habla de manera superficial. Desde las revistas de farándula hasta las mismas cortes no han investigado profundamente algo que es complejo y profundo. Uno lee libros… más bien, artículos, porque ningún libro he visto con una cosa semejante hablar de que Aristóteles y Platón eran homosexuales, pero, ¿de dónde por Dios? Lo contrario, ¡condenaban absolutamente la homosexualidad! Pero la gente lee eso en un artículo en una peluquería y sale a decir eso, que “¿qué tiene de malo si Aristóteles y Platón eran homosexuales?

Pero entonces, ¿qué deberían hacer los papás que se ven inmersos en esa situación de tener un hijo homosexual?
No puedo contestar de una manera genérica. Pero sí sé que no pueden aspirar a decir que está bien y que es normal. La homosexualidad, según algunos investigadores muy serios, fundamentalmente procede de una situación cultural, del hogar, del manejo del papá, de la mamá o de los dos. No exclusivamente, claro está.

Ya que menciona usted las causas del homosexualismo, ¿cuáles son?
Una de las causas fundamentales según algunos expertos es el ambiente cultural... El aspecto biológico se ha estudiado también... Ciertos anticonceptivos que usan hormonas femeninas. Hay libros sobre eso, no le puedo decir los detalles. Dicen que hay una tendencia a que las mujeres que usan ese tipo de anticonceptivos tengan hijos homosexuales… Las tensiones… el estrés de la vida moderna.

Pero el homosexualismo ha existido siempre, de hecho usted mismo investigó 25 siglos de este fenómeno en su libro.
Ha existido en el mundo occidental, esto no se da en el mundo oriental. Además, la proliferación de esta práctica en Occidente, le insisto, ha venido en aumento.

¿Por qué en el mundo oriental no se da dicho fenómeno?
Porque los valores raizales son muy importantes para ellos.

Por Camila Zuluaga/ Especial para El Espectador

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