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La importancia de contar con un presupuesto

El presupuesto personal le permite de un lado verificar el estado de su salud financiera y de otro, saber si puede cumplir con sus metas financieras.

Santiago Rodríguez Raga *
24 de agosto de 2019 - 02:16 p. m.
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Las finanzas personales no siempre se encuentran dentro de las prioridades o atención de las personas. Contar con una buena salud financiera, le permite un mejor desarrollo de la vida diaria. La educación financiera le ayuda a tomar buenas decisiones financieras que lo conducen a un futuro más estable. Una de las herramientas que puede desarrollar para lograr una mejor salud financiera, es el presupuesto. Éste consiste en estimar los ingresos y los gastos previstos para un periodo de tiempo, incorporando los eventos que vayan a ocurrir en este lapso de tiempo.

Los objetivos financieros de las personas son los sueños o metas futuras a cumplir. Estos pueden ser de distinta índole como, estudiar, comprar un nuevo celular, un carro o una casa, lograr una buena pensión, así como viajar. Estas metas deben ser logrables, específicas y poderlas cuantificar; es decir, asignarles un valor económico. Para analizar la viabilidad de las metas, lo importante es incorporarlas dentro del presupuesto y con esto verificar si se pueden lograr en el tiempo estipulado. En caso contrario, se debe ajustar el objetivo; es decir, reducir el costo del sueño o alargar el tiempo.

Teniendo claro lo anterior, se procede a construir el presupuesto. El plazo de éste debe coincidir con el tiempo de los objetivos financieros. Primero se deben definir los ingresos, que normalmente son bastante ajustados a la realidad, en la medida que para los asalariados es el valor neto del ingreso. Para los independientes es un poco más incierto pero se deben revisar los honorarios históricos y ajustarlos por los contratos vigentes. Si se tienen algunas rentas adicionales, se deben incluir; como por ejemplo, arriendos de inmuebles, intereses de inversiones, entre otros.

Por otro lado, están los gastos que son difíciles de estimar y normalmente se subestiman, creyendo que son menores. Los hay fijos como los créditos, arriendos, gastos educativos, y variables, como el pago de la tarjeta de crédito, el mercado, los servicios públicos, el transporte, entre otros.

También, hay gastos mensuales como los créditos bancarios, los servicios públicos, los gastos educativos, el mercado, y con otras periodicidades, están los impuestos, como la renta, el impuesto de vehículo, así como el gasto de las vacaciones, uniformes y útiles escolares. Otra manera de separarlos es por tamaño, siendo gastos grandes los créditos, los gastos educativos y de salud, y de otro lado los gastos pequeños, como la empanada diaria, la cerveza con un amigo, el taxi para llegar a tiempo.

Ahora, que se tiene la lista y valores de los ingresos y gastos, se procede a construir el presupuesto. Si es para un mes típico, solo tendría la situación financiera para ese período, pero si el plazo total es un año, se puede hacer por períodos mensuales; es decir, 12 columnas (una por mes).

Para este último caso, es necesario definir el valor de cada ingreso y gasto. Primero en la parte superior de un cuadro, se registran los ingresos, sean fijos del salario o variables de acuerdo a los contratos. Algunas personas tienen las dos condiciones; esto es, unos ingresos por el sueldo mensual y otros de actividades adicionales, como pequeños trabajos o rentas. Después de estimar todos los valores de manera mensual, se procede a sumar el total de cada mes y el total del año.

Segundo y enseguida del total de ingresos, se registran los gastos. Se pueden clasificar de acuerdo con alguna categoría, entre fijos y variables, mensuales y estacionales o por tamaño. Una manera de hacerlo puede ser anotar primero los gastos mensuales, dentro de estos los fijos y variables, y dentro de esta categoría por valor económico.

 De esta manera primero verá los mensuales, fijos y de gran valor, seguido de los mensuales, fijos de bajo valor. Después vendrían los variables de gran valor y de menor valor. Finalmente, los estacionales por tamaño económico. Esta es solo una manera de hacerlo; lo importante es organizarlos para que su control sea más fácil y eficiente. En las últimas líneas del cuadro tendrá que sumar los gastos del mes y los gastos acumulados del año.

Para analizar el presupuesto se comparan los ingresos y los gastos por mes y del año completo. La primera condición básica es que los gastos no pueden superar a los ingresos en el año; esto generaría la necesidad de solicitar un préstamo para suplir este déficit de caja o la necesidad de controlar mejor los gastos.

Por el contrario, si los ingresos superan a los gastos, esto indica que se tiene capacidad de ahorro. Para garantizar este ahorro mensual, se sugiere primero sacar el valor del ahorro antes de iniciar los gastos. Otro uso muy importante del presupuesto es el control del mismo, sobre todo de los gastos. Se deben comparar los gastos presupuestados con los gastos reales, para lo cual se sugiere anotar cada gasto por un periodo de tiempo; por ejemplo, quince días y así verificar los desfases entre lo presupuestado y lo real.

El presupuesto personal le permite de un lado verificar el estado de su salud financiera y de otro lado saber si puede cumplir con sus objetivos o metas financieras.

 * Profesor y Director de la Maestría en Finanzas de la Facultad de Administración, Universidad de los Andes.

Por Santiago Rodríguez Raga *

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