La adolescencia es una etapa fundamental donde se deja la ingenuidad atrás, en busca de la identidad sexual y la independencia económica. La autoestima, los límites y el manejo adecuado de la adversidad son herramientas fundamentales para poderles incentivar a los jóvenes factores protectores contra conductas de riesgo, las cuales son responsabilidad de padres, adultos, docentes y de la sociedad en general.
¿Por qué desconocer que todos estamos expuestos a que nuestros hijos puedan asumir conductas de riesgo? ¿Por qué desconocer que en Colombia, 22 de cada 100 adolescentes están o han estado embarazadas? o ¿que el 95% de nuestros jóvenes han probado el alcohol y el 66% reconocen haberse emborrachado?
¿Será que esta es la razón por la cual no sentimos la necesidad de que existan programas de salud sexual y reproductiva, en donde no les hablen únicamente de métodos de planificación a nuestros adolescentes?
Es importante enseñarles a nuestros jóvenes a decir no. Un término tan frecuente cuando se dirigen a los adultos, pero tan inusual cuando se encuentra con sus pares. Sólo de esta forma aprenderán a manejar la presión de grupo sin que sean rechazados.
Es hora de que los padres asumamos nuestro papel de modelos, de modelos amigables, mas no los mejores amigos como muchos lo pretenden. Ese es el papel que la sociedad nos ha impuesto: guiarlos permanentemente sin la necesidad de compartir intimidades.
De esta forma nos podremos sentir satisfechos de haber podido acompañar a nuestros hijos dentro de su proceso de desarrollo, teniendo muy clara la necesidad de formar siempre factores protectores, enseñarles a decir no y nunca olvidar que la adolescencia es época de grandes decisiones. Tampoco podemos desconocer que nuestros jóvenes de hoy forman parte del presente y que no deben dejar su futuro al azar y que todo lo que hagamos por ellos se verá reflejado en el bienestar de nuestra Colombia.
(*) Director Unidad de Adolescentes Fundación Cardio Infantil.