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Francesca Burr, una modelo y artista británica de 27 años, sufrió un accidente en la casa de su madre el pasado 18 de noviembre. Un mes después despertó en la cama de un hospital sin parte de su cráneo y sin reconocer a su familia. Pero, a pesar de lo impactante de su accidente, lo más sorprendente ha sido su recuperación.
Por culpa del fuerte accidente, se causó una hemorragia. Para poder controlarla, un neurocirujano tuvo que remover una parte del cráneo, dejándole, como se puede ver en las fotos que ha compartido Burr en sus redes sociales, más que una cicatriz. Y, aunque sobrevivió a tan aparatoso accidente, esa no es la parte más sorprendente.
En enero pasado, explica Burr en una publicación hecha en su página en Facebook el pasado 28 de agosto: “Como se puede ver sin las imágenes, estaba sin parte de mi cráneo hasta que en enero de este año fue reemplazada con una placa de titanio, que fue hecho usando una impresora 3D para que encajara perfectamente con mi cráneo (¡¿qué tan genial es eso?!)”.
Aunque la suya podría ser una historia trágica, la modelo, que aún debe enfrentar secuelas del accidente y que desde entonces ha estado desempleada, lo toma con evidente optimismo y como una enseñanza para su vida. Cuenta que el tratamiento incluyó más de “67 grapas de metal y un peinado estilo vikingo” y, asegura que después de instalada la placa (que dice que la convirtió en una “chica robot”), agradece haber “sobrevivido a una circunstancia peligrosa y desafortunada”.