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La última puntada de la Semana de la Moda

Diseñadores nacionales y extranjeros exhibieron sus más recientes creaciones en una pasarela llena de vida y color. Andrés Muñoz, el masajista de artistas como Shakira, Madonna y Ricky Martín, fue uno de los invitados.

Redacción Vivir
20 de febrero de 2009 - 04:00 a. m.

Andrés Muñoz, un joven paisa que abandonó su tierra natal cuando se graduó del colegio para probar suerte en Estados Unidos, se convirtió desde hace seis años en el masajista de las estrellas. Shakira, Madonna, Gloria Stefan, Cher y Ricky Martin forman parte de la extensa lista de personalidades a las que atiende en el Hotel Mandarín Oriental de Miami.

La mayoría lo visita una vez por semana, tan pronto se bajan del avión después de sus extenuantes giras de conciertos o de alguna presentación corren al spa del  hotel para relajarse, liberar el estrés y desconectarse durante 80 minutos del mundo exterior. El masaje tailandés, que consiste en una serie de estiramientos que se le hacen a la persona en una colchoneta; el ayurvédico, a base de cremas y aceites orientales que relajan e hidratan la piel, y el balinés, que busca sincronizar el cuerpo y es realizado por dos masajistas, son los tratamientos preferidos de los famosos.

Al principio Muñoz no tuvo contacto con ninguno de estos artistas, hasta que sus jefes consideraron que ya estaba lo suficientemente preparado y entrenado para atender a los mejores clientes del spa. “El primer famoso al que le hice un masaje fue Ricky Martin. Procuré no hablarle ni molestarlo, pues ellos lo que quieren es estar tranquilos”, cuenta Muñoz, quien forma parte de la lista de invitados especiales de la Semana Internacional de la Moda que se celebra hasta hoy en Bogotá y que estuvo integrada por la Feria del Cuero, el Salón y el Círculo de la Moda.

Arturo Tejada, director de Desarrollo del Círculo de la Moda, confiesa que la organización de este evento ha sido un proceso difícil, pero que está seguro de que con el tiempo se convertirá en un modelo exitoso que permitirá posicionar a Bogotá como una ciudad competitiva, diversa culturalmente, cosmopolita, un verdadero centro de negocios.

De este mismo entusiasmo se contagiaron los diseñadores nacionales y extranjeros, quienes durante cuatro días presentaron sus mejores creaciones al público en desfiles que se realizaron en Corferias y en algunos puntos concurridos de la ciudad como la Zona T o el Parque de la 93.

María Luisa Ortiz, Pepa Pombo, Isabel Henao, Johanna Rubiano, Ricardo Piñeres, Lina Cantillo, Julia de Rodríguez, Sandra Cabrales, Adriana Roa y la pareja de diseñadores Leal Daccarett fueron algunos de los protagonistas de este evento, que patrocina la Alcaldía de Bogotá y un grupo de empresarios provenientes de diferentes ciudades del país, quienes están convencidos del potencial de la industria de la moda en nuestro país.


Belleza y salud

La Semana Internacional de la Moda también se convirtió en el escenario perfecto para que las marcas de cosméticos y de productos de estética y cuidado de la piel dieran a conocer sus últimas líneas. Sombras nacaradas a prueba de agua, cremas exfoliantes con ingredientes naturales y aceites hechos a base de hierbas orientales para relajar e hidratar manos y pies son tan sólo algunos de los productos que se exhibieron en Corferias durante estos cuatro días y que se robaron la atención tanto de las modelos como de los visitantes.

El estand de Spa Neutrogena, en donde estaba Andrés Muñoz dando a conocer sus técnicas de masaje, fue uno de los más concurridos a pesar de que sólo muy pocas personas se enteraron de que se trataba del masajista de las estrellas. Muñoz confiesa que prefiere manejar un perfil bajo y conquistar a sus clientes con las manos.

Y efectivamente su técnica dio resultados, pues presentadoras como Adriana Arboleda y Lina Marulanda, al igual que actrices y altos ejecutivos, lo visitan desde hace un par de meses en Prana Spa, un lugar dedicado a los tratamientos de relajación que inauguró Muñoz en Pereira a finales del año pasado y que formará parte de una cadena de locales que abrirá  este año en Bogotá, Cali y Cartagena, con precios mucho más económicos que los del spa en Miami, en donde los famosos pagan cerca de US$250 por masaje.

El sueño de este paisa de 32 años se consolidó durante esta feria de la moda, pues fue allí en donde ultimó los detalles de su nuevo negocio y generó expectativa entre el público acerca de los tratamientos y productos que ofrecerá en sus spa. Entre tanto, diseñadores, maquilladores, modelos y empresarios de esta gigantesca industria esperan que el esfuerzo y el dinero que se invirtió en este evento comience a dar frutos y se consolide esta Semana de la Moda como un escenario ideal para fomentar la cultura y hacer negocios.

La Semana de la Moda en cifras

La primera Semana Internacional de la Moda de Bogotá reunió en sus pabellones al 28% de la industria de las confecciones, el 40% del cuero y calzado, el 60% de la oferta textil, el 32% de la industria de cosmética y belleza, y el 92% de los diseñadores, de todo el país, de acuerdo con el Gobierno Distrital.


En el Círculo de la Moda de Bogotá participaron 40 diseñadores; en International Footwear and Leather Show toman parte 300 expositores, mientras que en el Salón de la Moda lo hicieron  170 y en el Salón Futuro, 200.

Durante los cuatro días de feria asistieron  35 mil visitantes nacionales e internacionales; siete mil compradores nacionales y no menos de 200 internacionales.

En el caso del International Footwear and Leather Show, sus organizadores esperan cerrar negocios inmediatos con compradores  por ocho o nueve millones de dólares, principalmente de Ecuador, Venezuela y Estados Unidos.

El obrero de la moda

Vestía un traje oscuro impecable y en el bolsillo izquierdo un pañuelo blanco, con la elegancia y el buen gusto de siempre. Hernando Trujillo subió al estrado y recibió de las manos del alcalde de Bogotá, Samuel Moreno, un botón grande bañado en plata que le daba el reconocimiento al “Mejor obrero de los oficios de la moda”.

Mientras las más de trescientas personas  —entre trabajadores, familiares y amigos— aplaudían incesantemente, Moreno explicaba que el premio fue para Trujillo “en conmemoración a sus 70 años ininterrumpidos de ejercicio de la profesión de sastre y por ser un gran generador de empleo en Bogotá”. También recordó que fue ese hombre de traje impecable el primer colombiano en bautizar con su propio nombre una marca de ropa.

Desde el público lo aplaudía su hija María Eugenia. Ella, que también forma parte ahora de los “oficios de la moda”, dice que después de tantos años su padre continúa siendo el primer obrero en entrar a la fábrica y por eso recibe este reconocimiento “con toda la dignidad y la humildad. Él sigue sentándose en las máquinas de coser, tiene siempre un dedal en la mano y agujas incrustadas en la corbata”.

El destino del señor Trujillo empezó a escribirse en Medellín. Allí, en el taller de Artes y Oficios de los Hermanos Salesianos, donde fue internado, aprendió el oficio de su vida. “Un día un padre me vio llorando, me cogió de la mano, me llevó al taller de sastrería y me dio un pedazo de tela, hilo, aguja y dedal”, suele contar Trujillo.

Luego, con los años, vinieron trabajos en grandes empresas de moda como Everfit, y otras pequeñas que apenas estaban empezando, como Valher y Ermega. Su propia empresa, Hernando Trujillo, nació en 1964, en un pequeño taller del centro de Bogotá.

Por Redacción Vivir

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