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Cada vez la discusión sobre si se deben usar expresiones como “todos y todas” para evitar el 'lenguaje sexista' cobra más protagonismo, a tal punto que dos miembros de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) dedicaron sendas columnas de opinión en el diario El País sobre el tema. Pero en los artículos se hicieron señalamientos que trascendieron el debate lingüístico y pasó al punto personal.
El enfrentamiento empezó con la publicación de un artículo del novelista y periodista Arturo Pérez-Reverte, que desde el 2003 hace parte de la RAE, titulado “No siempre limpia y da esplendor” en la publicación XL Semanal. En ella arremete contra los miembros de la academia española que se niegan a discutir sobre si se debe hacer un “desdoblamiento de género” para que el lenguaje no sea excluyente, por ser un tema político.
En su artículo, Pérez-Reverte asegura que en la RAE hay “gente noble y valiente y gente que no lo es. Académicos hombres y mujeres de altísimo nivel, y también, como en todas partes, algún tonto del ciruelo y alguna talibancita tonta de la pepitilla”. Pero es justamente esa expresión la que el filólogo y también miembro de la real academia, Francisco Rico, criticó.
Lo curioso es que los dos estudiosos del español concuerdan en que expresiones como “nosotros y nosotras” son erradas, pues politizan el lenguaje. Pero el ataque de Rico fue porque Pérez-Reverte también las usó.
“Es el caso que el alatristemente célebre productor de best sellers no deja de incurrir a su modo en “el ridículo desdoblamiento de género” que con razón denuncia”, expresó sarcásticamente Rico en su artículo del 14 de octubre en el diario El País titulado, con igual ironía, “Las académicas y los académicos”. Ante estas acusaciones, que superaron la esfera académica, Pérez-Reverte escribió, a modo de respuesta, el artículo “Paco Rico, autor del ‘Quijote’”.
Cualquier viso de un diálogo sobre el buen uso del lenguaje quedó relegado al pasado. Según el reconocido escritor español, los reclamos de Rico no son por la politización del lenguaje, en el que los dos coinciden, sino por una adaptación de la novela el Quijote para estudiantes en la que los dos participaron.
Pérez-Reverte relató que después de colaborar en la adaptación de una de las obras más importantes de la lengua española, “para mi estupefacción, Paco Rico me preguntó qué pasaba con sus derechos de autor. Le dije que no había derechos a cobrar por parte de nadie, que se trataba de aportar ingresos a la Academia, y él se negó”.
Al final de su artículo, el también periodista retó a Rico para dar más detalles de ese episodio brevemente explicado: “Unos publicamos novelas con más o menos fortuna y otros manosean Quijotes sin rubor y a destajo. Pero en el caso de Paco Rico, en mi opinión, eso ha terminado por hacerle creer que posee una especie de derecho exclusivo, o de propiedad intelectual, sobre las palabras Cervantes y Quijote”.
Tales aseveraciones permiten entrever que, aunque la discusión continuará, se podría alejar totalmente de su eje inicial: si, en aras de la inclusión, se pueden usar expresiones como “todos y todas” o si no son más que transgresiones del lenguaje propiciadas por lo políticamente correcto.