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Los chimpancés, potenciales cocineros

En un estudio realizado por psicólogos de Harvard y Yale se demostró que los chimpancés tienen la paciencia para esperar que sus papas estuvieran cocinadas.

El Espectador
05 de junio de 2015 - 04:41 p. m.
Según los expertos, este experimento podría señalar por qué los primeros humanos buscaron manipular el fuego: cocinar la comida. / Steve Snodgrass
Según los expertos, este experimento podría señalar por qué los primeros humanos buscaron manipular el fuego: cocinar la comida. / Steve Snodgrass
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Dentro de cada chimpancé hay un cocinero en potencia. Por lo menos, eso es lo que parece concluir un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B, donde se demostró que estos animales tienen la paciencia y habilidad para esperar que un alimento crudo esté listo y caliente.

Para llevar a cabo el experimento, los investigadores crearon un dispositivo de cocción que consiste en una especie de refractaria, con un botón falso y un pedazo de papa cocida dentro. Sin embargo, todo lo que los chimpancés sabían es que si se metía una papa cruda y se esperaba un tiempo –mientras los investigadores “cocinaban” la papa batiendo el recipiente – el resultado era una papa cocinada.

Según lo indica el estudio, durante las varias pruebas que se hicieron, los chimpancés del Instituto Jane Goodall en el Santuario de Chimpancés Tchimpounga (República Democrática del Congo), pusieron rutinariamente la papa en el aparato y esperaron a que saliera cocida. De hecho, cuando tuvieron la opción, no introdujeron a la refractaria ninguna papa que ya estuviera cocinada o cosas que no fueran comida cruda.

De hecho, en algunos casos los chimpancés estuvieron dispuestos a cargar la papa cruda en un recorrido pequeño para que se las cocinaran. Sin embargo, no siempre lograban su cometido. “Muchas veces trataban de cargar la papa en su boca, debido a que caminan con los nudillos, y casi se podía ver como se comían la papa por accidente. Era como “ups”, no se podían resistir porque llevaban la comida en la boca,” asegura Alexandra Rosati, psicóloga de Yale y autoras del estudio en la revista Scientific American.

Según lo afirma el periódico The Guardian, la mitad de los primates recolectaron una reserva de papas para que fueran cocinadas. Una costumbre que no es normal entre ellos, ya que usualmente los chimpancés comen lo que consiguen inmediatamente. “Fue algo asombroso de ver”, cuenta Felix Warneken, psicólogo de la Universidad de Harvard y coautor del estudio.

Sin embargo, hay dos cosas que separan a los chimpancés de convertirse en magos culinarios: que no tienen control del fuego y que no confían uno en el otro demasiado. “Las personas salen a recolectar comida y la llevan de vuelta al centro donde se encuentra la comunidad y para esto, se necesita que exista confianza mutua,” explica Warneken.

Desde el punto de vista evolutivo, el estudio sugiere que nuestros ancestros comunes ya tenían la habilidad para cocinar. Un deseo oculto que pudo llevar a que los primeros humanos quisieran aprender a manipular el fuego, sobre todo después de probar la comida asada, es lo que especulan los expertos.

(Lea aquí el artículo completo)

Por El Espectador

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