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La historia de vida de Macaulay Culkin es muy similar a la de la película que lo llevó a la fama. “Mi pobre angelito” se quedó en una casa de los 90’s, a la que cada fin de año millones de personas “viajan” para reírse con las aventuras del pequeño que con valentía e ingenio defendió su hogar familiar. Después de esa actuación estelar, como en el film, todo el mundo lo olvidó y cada vez que reapareció se habló más de su adicción a las drogas, sus excesos, su aspecto físico o sus trastornos de nutrición, que de sus nuevos papeles en la industria cinematográfica.
Su última gran aparición había sido en octubre de 2015, durante la Comic-Con de Nueva York. Su presencia en la convención obedecía a una conferencia sobre la serie Robot Chicken, pero, nuevamente, lo más comentado de su regreso fue su apariencia.
Aún con su barba rubia, pero con el pelo largo, su presentación de ese día fue titulada en todos los grandes portales de entretenimiento con su evidente cambio de apariencia.
Fue apenas entendible que se fijaran más en su nueva imagen, pues la última gran referencia era esa icónica foto de 2012 que lo hizo aparecer en todos los tops de antes y después delos famosos, debido a su rosto demacrado. Luego de ese día, en repetidas ocasiones se le dio por muerto por supuestas sobredosis y abusos de otras sustancias.
La foto de 2012 que inundó internet con especulaciones sobre una posible adicción de Culkin | Foto de su presentación en la Comic-Con de Nueva York, en 2015
Pero sin estar muerto, revivió. Su más reciente aparición fue aún más impactante. Como siempre, nuevamente por su imagen. En una fotografía tomada en un local comercial de Los Ángeles, Culkin se dejó ver con un renovado look sin barba, el pelo corto y una vestimenta muy distinta a la que habitualmente presentaba. La imagen le valió miles de comentarios positivos por parte de sus admiradores y hasta los que no estaban tan al tanto de su carrera.