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El caso de una mujer declarada como desaparecida hace 31 años en Pensilvania, Estados Unidos, tuvo un inesperado desenlace, pues autoridades internacionales y familiares de la mujer, por medio de un comunicado de prensa, informaron sigue viva y se encuentra en otro país, Puerto Rico.
La mujer identificada como Patricia Kopta, de 83 años, fue vista por última vez en 1992 en Pittsburgh, según apareció en volantes de Se Busca en el Centro de Respuesta a Emergencias de Pensilvania. Meses después su esposo Bob Kopta reportó su desaparición. A pesar de lo raro que puede sonar el caso, el señor Kopta declaró en su momento que era bastante común que su esposa “se perdiera de vista por períodos cortos”.
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Casi 30 años después, la policía estadounidense mencionó que desde la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL) se les informó que un funcionario de la entidad y un trabajador social de Puerto Rico creían que Patricia se encontraba en un hogar para ancianos en ese país.
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“Lo que nos informaron fue que estuvo bajo su cuidado desde 1999, cuando la encontraron necesitada en las calles de Puerto Rico”, dijo Brian Kohlhepp, subjefe de policía del municipio de Ross.
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Según los detalles dados por la Policía de Pensilvania, Patricia era una predicadora ambulante, lo que hacía que fuera normal que “desapareciera” unos cuantos días, ya que se acercaba a desconocidos y extraños a dar la palabra de Dios, además, según familiares, tenía problemas de salud mental que hacía que se ausentara en algunos sus periodos de tiempo.
Para Bob Kopta, la historia de su esposa tiene sentido, pues él recuerda que antes de su desaparición ella había hablado sobre viajar a Puerto Rico.
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Luego de conocer los rumores de que Patricia no estaba muerta, familiares y amigos decidieron salir de las dudas por medio de una prueba de ADN, que se hizo comparando muestras de su hermana y su sobrino. Finalmente, los resultados apuntaron a que efectivamente la mujer que estaba en el ancianato era Patricia Kopta, desaparecida hace 30 años.