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Primer asesinato entre orangutanes

En Borneo, la primatóloga Anna Marzec fue testigo de la confabulación entre un macho y una hembra para asesinar a otra hembra.

Redacción Actualidad
06 de febrero de 2016 - 03:52 a. m.
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Hace un año la primatóloga Anna Marzec se internó en las selvas de Borneo para continuar con su investigación sobre la forma como los orangutanes tejen sus relaciones sociales y como se diseminan las nuevas ideas entre este grupo de grandes simios. Un viaje que le depararía una sorpresa macabra.

Hacia el mediodía del 13 de julio de 2014, la estudiante de doctorado de la Universidad de Zúrich se convirtió en testigo de un evento nunca antes documentado de forma directa por la ciencia: el brutal asesinato de una hembra orangután a mano de dos miembros de su grupo.

“Una cosa es ver algo por primera vez cuando se sabe que puede pasar, pero en este caso era algo que no esperaba en absoluto”, explicó Marzec, luego de atestiguar cómo la hembra bautizada Kondor y el macho conocido como Ekko le dieron una mortal paliza a la hembra Sidony.

Tan pronto logró controlar el impacto emocional que le produjo la escena, la primatóloga comenzó a tomar apuntes. El ataque contra Sidony, escribió, comenzó sobre las 2:00 p.m. Ekko había estado cortejando a Kondor (15 años) cuando se cruzaron en el camino con Sidony (35 años) acompañada por su pequeño crío Sony (4 años).

Por un instante Ekko abandonó a Kondor para acercarse hasta Sidony y realizar una rápida inspección sexual. Sin mucho interés, Ekko decidió regresar a su tarea anterior y comenzar a copular con Kondor. Fue en ese instante que ocurrió el evento inesperado. Kondor suspendió la cópula y se avalanzó sobre Sidony, que se alejaba del lugar.

Ekko no tardó en unirse a la paliza, que duró 33 minutos. “El ataque fue en coalición, continuo y coordinado. Todos los ataques fueron iniciados por Kondor, pero Ekko infligió las lesiones más graves y fue más efectivo en negar a Sidony la oportunidad de escapar”, explicó Marzec junto a otros nueve primatólogos en un artículo en la revista Behavioral Ecology and Sociobiology.

El ataque se detuvo cuando otro macho dominante, Guapo, intervino a favor de Sidony y logró repeler el ataque. Las heridas causaron la muerte de la orangután tres días más tarde.

Hace casi cuatro décadas, la famosa primatóloga inglesa Jane Goodall ya había documentado para la ciencia la escalada de violencia que se puede generar en un grupo de grandes simios. Específicamente entre chimpancés. Goodall describió en detalle el sangriento conflicto que se gestó entre dos clanes tras la matanza de uno de sus miembros, Godi.

Lo que llamó la atención de los científicos en el nuevo caso fue el protagonismo de las mujeres. Las hembras de orangután, se sabe de tiempo atrás, crean fuertes lazos sociales entre ellas, aunque también establecen barreras sociales con hembras que no hacen parte de su parentela. Sidony y Kondor ya se habían enfrentado en 2009 por otros motivos.

“Este caso es muy diferente de los ataques letales reportados para los chimpancés. Primero fue una competencia entre hembras: iniciado y mantenido por la hembra y dirigido contra otra. Y tampoco fue un ataque infanticida; la cría de la víctima no fue objetivo y no sufrió ninguna lesión”, señaló la primatóloga. En once años de investigación en este mismo lugar, con registros sociales que sumaban 26.000 horas de observaciones, los científicos jamás habían presenciado un asesinato.

Marzec explicó al diario El País que el territorio en el que se desenvuelven los orangutanes se ha reducido por culpa de la industria maderera: “A consecuencia de la pérdida de su hábitat, esperábamos ver una mayor competencia entre las hembras, pero no observar ataques más letales”.

Por Redacción Actualidad

 

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