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Regalías para ciencia, a examen

Voceros de las principales universidades evaluaron la primera adjudicación de regalías para este sector: creen que promueve la integración de la academia con las empresas, pero piden veeduría y que no se politice el reparto de dineros.

Lisbeth Fog /
31 de marzo de 2013 - 09:00 p. m.
En 2012 se entregaron regalías por $579.000 millones para proyectos de ciencia, tecnología e innovación.  / Archivo
En 2012 se entregaron regalías por $579.000 millones para proyectos de ciencia, tecnología e innovación. / Archivo

Bienvenido el 10% de las regalías para ciencia, tecnología e innovación (CTI), pero el método para entregar los $1,6 billones que representan entre 2013 y 2014, tiene deficiencias que deben ser corregidas. Esto fue lo que concluyeron varios rectores y vicerrectores de investigación que, en representación de las principales instituciones de educación superior del país, participaron de un debate organizado por el Centro Interdisciplinario de Estudios sobre Desarrollo en la Universidad de los Andes.

El rector de la U. Javeriana, padre Joaquín Sánchez, destaca que estos recursos beneficiarán a muchos departamentos que antes no contaban con dineros para el desarrollo científico, lo que significa proyectar el futuro del país con base en la CTI, una oportunidad para que las universidades respondan a las necesidades de las regiones y aporten en su transformación social. En 2012 las regalías beneficiaron a más de 279 instituciones.

Para Leonidas López, rector de la U. Minuto de Dios, “las regalías permitirán conocer mejor el país y ser más pertinentes”, mientras el vicerrector de investigaciones de la U. Nacional, Alexánder Gómez, cree que estos dineros “obligarán a intentar una nueva interacción entre la universidad y la sociedad”.

El rector de la U. de La Guajira, Carlos Robles, ve en las regalías una oportunidad para integrar a la academia con la empresa, incluso con las multinacionales, y señala que se deberían adelantar investigaciones que sustituyan las importaciones. Y Carl Langebaek, vicerrector de investigación de los Andes, opina que una de las ventajas es que “obliga a que la academia mire a las regiones no como objeto de estudio, sino como socias”.

Pero los dineros de regalías no son la única variable de la ecuación, dice Langebaek. “Se necesita que se articulen con políticas que privilegien la calidad. No podemos volvernos empresas de consultoría”.

El padre Sánchez, miembro del Órgano Colegiado de Administración y Decisión (OCAD), ente rector de la distribución de estos dineros, cree que se necesita aprender a dialogar con los gobernadores, lo cual —asegura— no ha sido fácil. “Aprovechar oportunidades significa dejar a un lado la politiquería de algunos entes territoriales, que va en contravía de las verdaderas políticas de desarrollo”. Y remata: “Los políticos duran cuatro años, los académicos estamos ahí para siempre”.

Otro reto para las universidades es adaptar su gestión administrativa a las grandes sumas de dinero que ofrecen las regalías. Eso significa además un viraje en la manera de evaluar, porque los proyectos de investigación científica no pueden garantizar resultados.

Si la intención era repartir bien la mermelada, no se logró, afirma Robles. “No se refleja equidad en la distribución y por consiguiente no habrá disminución de brechas entre las regiones y la parte central”. El abandono de la investigación básica es otro riesgo, así como los tiempos asignados a los proyectos, porque el impacto de la investigación sólo se logra en el largo plazo. Además apunta que la construcción de laboratorios en regiones donde no se capacite personal puede convertirlos en ‘elefantes blancos’.

La gran preocupación general es la politización de Colciencias. Dada la diferencia entre sus presupuestos anuales y los de regalías, la entidad “empieza a ser vista como una secretaría de las regalías y se corre el riesgo de que sus presupuestos se debiliten con el argumento de que hay un montón de dinero de regalías”, dice Langebaek. Los recursos de regalías son de las regiones, no de Colciencias. “La apuesta es fortalecer a Colciencias”, sostiene el rector de Uniminuto, mientras el vicerrector de la Nacional propone un trabajo de veeduría, “algo así como ‘Ciencia, Tecnología e Innovación, ¿cómo vamos?’ para garantizar y contribuir a que funcione”.

Por Lisbeth Fog /

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