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Santos “honrará” promesa de metro

Congreso y Concejo le toman el pulso a los macroproyectos de movilidad que se realizan en la capital, especialmente al metro y Transmilenio por la 7ª.

Laura Ardila Arrieta
12 de agosto de 2010 - 03:45 a. m.

Un candente debate de control político en el Congreso, el miércoles, y un foro en el Concejo, hoy, ambos convocados por el Partido Verde, evidencian que, pasado el fragor de la posesión presidencial, los macroproyectos de movilidad que se adelantan en la ciudad tienden a ubicarse bajo la lupa del país político.

Por un lado, los nuevos ministros de Hacienda y Transporte, Juan Carlos Echeverry y Germán Cardona, respectivamente, se estrenaron este miércoles en el Legislativo en la discusión que el representante Alfonso Prada citó para hablar de las iniciativas del metro, Transmilenio por la 7ª y el Sistema Integrado de Transporte Público (SITP). Los altos funcionarios coincidieron en reiterar que el gobierno Santos “honrará” la promesa de construir el megaproyecto bandera del alcalde Samuel Moreno en la capital. Eso sí, no sin antes advertir que el documento Conpes que le asegura recursos a la obra “exige planificación en detalle... No puede ser que por falta de ella la ciudad vaya a colapsar”, según dijo Echeverry.

A su turno, el ministro Cardona declaró que el metro es una necesidad inaplazable con bordes que movilicen más de 40.000 pasajeros-hora-sentido: “Necesitamos metro desde hace 50 años”.

Durante la sesión, Prada detalló lo que él considera inconvenientes puntuales del metro, sistema que describió como: “Desarticulado, sin coherencia y con una financiación en veremos”.

En presencia del alcalde Samuel Moreno y del gobernador de Cundinamarca, Andrés González, Prada advirtió que el Conpes que recientemente firmó el Gobierno Nacional, con recursos para obras de movilidad en la ciudad, es claro en pedir que se estudien otros corredores para el sistema metro (y no sólo la línea oriental que propone Moreno) y dijo que, en ese sentido, “se perderían  $80.000 millones que la administración  gastará en estudios de ingeniería básica”.

El representante también cuestionó la capacidad de autosostenibilidad del macroproyecto y fue más allá al insinuar que el escándalo del supuesto “cartel” de los contratos en la capital podría afectar la construcción del metro: “El rumor es grande en materia de corrupción y pone en un riesgo adicional esos trabajos”.

Acerca del Transmilenio por la 7ª, Prada afirmó que es necesario que el Alcalde considere los estudios, por $9.000 millones, que al respecto hizo la administración de Lucho Garzón, los cuales contemplan un sistema homogéneo por toda esa vía y no varias modalidades (carril compartido, entre ellas) como ahora. Y en cuanto al SITP, dijo que está “diseñado para favorecer a los mismos operadores”.

A su turno, el Alcalde volvió a defender sus proyectos bandera, diciendo que el metro no es una mera obra de movilidad, sino que será el eje de la transformación urbana. “Si seguimos pasando de agache en estas decisiones, la capital no va a tener cómo moverse en el futuro”.

Por otra parte, hoy se llevará a cabo en el Concejo el foro “Transmilenio ligero por la carrera 7ª, impacto, problemas técnicos y contratación”, convocado por el concejal Antonio Sanguino, en el que seguramente quedarán evidenciados nuevos interrogantes sobre la sostenibilidad de esta solución de movilidad.

Si bien la ciudad decidió resolver el problema de movilidad por la 7ª con la construcción de una troncal de Transmilenio, integrándola a la fase III a través de un trazado de 15,6 kilómetros, en los cuales se integrarían 17 estaciones sencillas, 1 estación intermedia y un portal, hasta la calle 170, con un costo de $800 mil millones (según estudios hechos en la administración Garzón); el alcalde Moreno se decidió por una versión cuyo diseño contempla una disminución presupuestal superior a los $600 mil millones, con la mitad de las obras planeadas.

“Se trata de una versión barata e improvisada de Transmilenio, que no se constituye en solución estructural. Mientras que la demanda por este corredor en horas pico asciende a los 20 mil pasajeros hora-sentido, esta versión tendrá capacidad para 12 mil, con lo cual, al cabo de cinco años, la movilidad por esta vía colapsará”, advirtió la concejal Ángela Benedetti, quien cuestionó también que exista sistema Metro en el corto plazo en Bogotá.

El recorte a los diseños ha sido motivo de inquietud, pues sólo comprenderá un tramo entre la calle 32 y la calle 100, mientras que en el diseño original se contemplaba un trazado hasta la calle 170. La prueba es que en febrero de 2009 fue presentada una acción popular exigiendo la construcción de la troncal de Transmilenio prevista en los diseños originales, acción que fue fallada favorablemente en primera instancia por el juez 43 administrativo de Bogotá en noviembre del año pasado.

“A pesar de que está en marcha el proceso licitatorio para la ejecución de la obra, hoy el futuro de la carrera 7ª está en un limbo jurídico y la administración distrital está actuando irresponsablemente por los efectos que tendría una decisión de lo contencioso administrativo en la que se obligue al Distrito a ejecutar la obra de acuerdo con los diseños originales”, afirma Benedetti.

Frente a las críticas, Fernando Páez, gerente de Transmilenio, afirma que la solución que se ha planteado obedece a los resultados de estudios técnicos que llevan a concluir que Transmilenio es la solución a la 7ª, pues considera una operación combinada entre un sistema tipo Transmilenio, que va desde la calle 32 hasta las 72, y luego una operación de transporte controlada con paraderos fijos desde la 72 en adelante.

Por Laura Ardila Arrieta

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