Publicidad

Ser madre no es cuestión de método

Tatiana Andrade y María Camila Sanjinés acaban de publicar “La vida láctea”, un libro crudo y sin eufemismos sobre lo que significa ser madre.

Camila Builes * / @CamilaLaBuiles
28 de octubre de 2018 - 02:00 a. m.
Ser madre no es cuestión de método
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Los suicidas están listos para traicionar al cuerpo.

Aun siendo abortos, no siempre mueren.

Esperando morir,
de Anne Sexton.

 

Cuando una mujer se practica un aborto el cuerpo entero termina como una herida abierta, como un nervio expuesto. La sensación recorre cada extremidad y, más allá del inevitable dolor físico, lo decidido, lo hecho, es un turbión que recorre las venas. Hay miedo, en esa tormenta; hay dolor, en ese aguacero, pero también hay valentía y coraje. Esa seguridad de poder tomar una decisión en libertad con su propio cuerpo, mente y espíritu hace mucho más llevadero el momento. La mayoría de mujeres no sienten ningún tipo de remordimiento después de un aborto, al contrario: alivio es la palabra más cercana a la sensación de dejar atrás la culpa inoculada desde la infancia a nuestro género. Esa culpa heredada de la religión y reproducida en la política, la educación y todo el sistema en el que vivimos. La sentencia que obliga a las mujeres, “seres dadores de vida”, a resistir, a cumplir las reglas impuestas, a ser de una forma establecida: bella, alta, delgada, fina, delicada, madre, esposa, amiga.

Abortar, aunque muchos no lo vean o no lo quieran ver, también es pensar en el futuro hijo. La escritora bogotana Tatiana Andrade lo sintetiza al inicio de su nuevo libro La vida láctea, de la editorial Planeta, en el que junto a las ilustraciones de María Camila Sanjinés exploran cómo la maternidad atraviesa la vida de una mujer, la atomiza. “Y allí, después de esa dolorosa experiencia en una clínica de mi ciudad, acompañada por el amor de mi madre, sentí que había tomado mi primera gran decisión maternal: protegía a un hijo de la vida. Evitaba que alguien fuera sometido a los egos de unos padres que estarían unidos a través de él, o de ella, y no por el amor de los tres”.

Este libro es el diario del primer año de vida de Tomás, el primer hijo de Andrade. También es una conversación entre dos amigas que no tienen tiempo para nada distinto a cambiar pañales y que, mientras se ocupan de asumirse como madres, intentan descifrar qué significa la realización en un país en el que el 70 % de las mujeres se sienten realizadas solo si tienen hijos. Eso quiere decir que más o menos 17 millones de mujeres en Colombia piensan que la única realización posible es ser madres.

Tantos libros de maternidad en el mercado, tantas secciones de mamás en las librerías y a veces no hay ninguna voz que represente lo que de verdad pasa en la vida de una mujer que se estrena como mamá y que, en el caso de Andrade, lo hace a los 40. Lo mejor de La vida láctea es la sinceridad del relato. Un universo misterioso se crea entre el hijo y la madre justo en el parto, y ese universo ha sido tan poco explorado y tan reducido al amor, que los demás sentimientos que rodean la maternidad han sido no solo silenciados, sino ungidos como malvados.

Y en este libro queda el rastro de esas emociones, del odio hacia el hijo, del hartazgo de la maternidad del cansancio de convertirse en una teta andante. ¿Qué pasa cuando una mujer tiene un hijo? ¿Qué pasa cuando a pesar de poder elegir entre ser o no mamá se elige la segunda opción?

“Muchas de mis amigas cuando leyeron el libro me dijeron que estaba quejándome mucho, que estaba siendo exagerada. Lo único que sé es que hay tantas formas de ser madre como mujeres en el mundo, así que bueno, esta es mi historia”, cuenta Tatiana Andrade, quien ya había escrito un libro de no ficción y libretos para cine y televisión.

“Mi maternidad no puede ser objeto de discusión. Mis actos son los que puedo tener. Mi cuidado, mi lucha, mi entrega es la que puedo tener. No hay comparaciones. No hay otras madres en el mundo que me vigilen. Nadie tiene que juzgarme y no debo escuchar los juicios de todos. Cuando Tomás me cuestione, ¿qué le voy a responder?”.

Este libro puede que no sea esencial a la hora de criar un hijo y, seguramente, no fue escrito con ese propósito, sin embargo, sí es una carta de apoyo público a todas las madres que no se sienten absolutamente felices siéndolo. En la escritura de este texto, que no tardó más de un año, Andrade se encontró frente a frente no solo con su nuevo rol, sino con su forma de ser hija: con su mamá. “Cuando tuve a Tomás tenía muchas creencias que venían no solo de mi madre que me antecedió, sino de mi abuela, de mi bisabuela, de las mujeres de mi familia. La maternidad y el ejercicio de criar pasan de generación en generación y cada una trae sus propósitos de ruptura y sus propósitos de continuidad. Este libro me ayudó a entender a la madre que me antecedió y me dio la vida, y a comprender muchas de sus situaciones; pero también a enfrentarme a lo que quiero hacer distinto y cuáles son las distancias que voy a tomar respecto a ella”.

Los capítulos de La vida láctea están divididos por fechas, así encontramos la primera vez que Tomás se le cayó a Andrade, como la vez que una señora mayor le dice niña a Tomás solo porque tiene babero rosado. El libro es un compilado de miedos absurdos que padecen las mamás y las decisiones trascendentales sobre sus hijos. ¿Cómo hacer que la maternidad no solo sea un asunto de mujeres? Evitar, a toda costa, frases tan dañinas como: “Mi esposo es ejemplar porque me ayuda con el bebé”. Me ayuda, como si fuera un problema y como si ese problema fuera solo de ella.

Este libro es una declaración sincera frente al espejo.

“Un nuevo colapso. ¿Qué es la vida sin colapsos, sin batallas, sin cambios? (…) También sé que todo pasa. Que los días se suceden en un parpadeo. Que la existencia es un acto de rebeldía impredecible y que tarde o temprano estaré recordando este momento para siempre como un paso liberador, como una casilla de parqués que me llevará a mi destino”.

*Periodista y coordinadora editorial de HJCK radio.

 

Por Camila Builes * / @CamilaLaBuiles

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar