
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El exvicepresidente de Nicaragua y escritor Sergio Ramírez, que este año recibió en España el Premio Cervantes de las Letras, aseguró hoy en su columna "Tribuna", publicada por el diario español El País, que su patria va camino al aislamiento luego de la expulsión de la misión del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos por parte del régimen de Daniel Ortega. (Le puede interesar: tiroteo en manifestación contra Ortega).
Sobre eso escribió: "Parece incomprensible para algunos, y un desacierto de fondo para otros. Pero en cualquier caso, no conduce sino al aislamiento internacional". Él ya se temía la decisión luego de que el mandatario acusara al organismo de ser “instrumento de los poderosos que imponen su política de muerte…manejada por los que se han adueñado de continentes enteros, por los que han cometido genocidios sobre pueblos enteros…los que los transportaron desde África para que trabajaran…son infames”.
Ramírez fue miembro en la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, en 1984 fue elegido vicepresidente en el gobierno sandinista presidido por el propio Daniel Ortega, hasta 1995 estuvo en la Asamblea Nacional de Nicaragua, ese año se apartó del Frente Sandinista de Liberación Nacional, fundó el Movimiento Renovador Sandinista y fracasó como candidato presidencial para las elecciones de 1996. Hoy denuncia el régimen que somete a su país.
Para Ortega, el papel de la ONU es "un ardid malintencionado del viejo colonialismo europeo, urdido contra un indefenso país del tercer mundo". Pero Ramírez desarma esa teoría: "El diplomático jordano Zeid Ra'ad Al Hussein, quien ha sostenido una firme posición a favor de Palestina en el conflicto con Israel, y en 2015 declaró que Estados Unidos estaba obligado a llevar a juicio a los miembros de la CIA responsables de casos de tortura. Raro esclavista. Y la diatriba alcanza también a la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, lejos también de cualquier credo colonialista, quien muy pronto sustituirá a Hussein".
El Espectador le preguntó este año a Ramírez: "¿Por qué y cómo Daniel Ortega sigue en el poder?". Y respondió: "Los mecanismos del poder continuado, o pensado para siempre, son los mismos de siempre, en eso no hay novedades. Nicaragua, desde el general Zelaya, al general Somoza, al comandante Ortega, está marcada por el caudillismo. En mi última novela, Ya nadie llora por mí, exploro la Nicaragua de hoy en día, que es la Nicaragua de Ortega. Pero no es una novela sobre Ortega, como las otras no son sobre Somoza". (Lea la entrevista aquí).
Por eso Ramírez defiende el papel de esas entidades en la defensa de los derechos humanos y opina: "Denigrar su trabajo y enseguida decretar su expulsión, significa ponerse al margen de la comunidad internacional, o de espaldas a ella".
Ramírez insiste en que esa actitud no "ayuda para nada a reconciliar al país" y más bien confirma "una voluntad de impunidad" frente a las crecientes denuncias de violaciones de derechos fundamentales de la sociedad civil, especialmente de quienes protestan en las calles, por parte de fuerzas oficiales y paramilitares. Entonces reclama apoyo internacional para presionar un diálogo nacional que empiece por mitigar la crisis política y de derechos humanos que hoy vive Nicaragua. "Muy sabiamente, el jefe de la misión expulsada, el jurista peruano Guillermo Fernández Maldonado, ha propuesto la integración de una Comisión Internacional de la Verdad que lleve hasta el fondo en los hechos".
"La crisis que vivimos no tiene salida en el aislamiento", insistió. (Lea la columna de Ramírez en El País).
También le puede interesar: "Otra guerra en Nicaragua: ¿Debe renunciar Daniel Ortega?