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Con letreros como “No tattoo”, acompañado de un signo de advertencia que muestra a una persona tatuada, en Japón, todo aquel que vayan a saunas y tenga algún tatuaje en su cuerpo no puede hacer uso del lugar.
El país no sólo pone restricciones para los saunas, también en otros lugares como piscinas públicas, gimnasios, algunos bares y hasta tiendas.
La falta de tolerancia del país asiático con esta práctica, ha sido tema de discusión desde el siglo XlX, puesto que el gobierno para aquel entonces hacía prohibición de los tatuajes y los asociaba con personas criminales.
Por otro lado, en Sri Lanka y Myanma, aunque los tatuajes no son prohibidos y son aceptados por la gente, hay uno que no se permite: el Buda. Para ellos, el significado de su Dios representado en un tatuaje es una falta de respeto y puede ocasionar hasta la expulsión del país.
En Tailandia, el país donde hay muchas tiendas de tatuajes, hay algunos que son considerados sagrados y se realizan en ceremonias por monjes budistas que entran en trance. Aunque en el 2011 por una ley se prohibió que se tatuara en algún establecimiento a Buda, esta parece ser ignorada por muchas de las personas.
En Irán, Emiratos Árabes Unidos y Turquía, los tatuajes no son bien vistos. Para los hombres, estos pueden pasar desapercibidos y hasta ignorados, siempre y cuando éstos no estén en contra de sus costumbres religiosas. Las mujeres, en cambio, ligadas a sus vestimentas deben tener cubierto gran parte de su cuerpo y de encontrarse con algún tatuaje deben pasar desapercibidas.
En los Emiratos Árabes Unidos hay opiniones de líderes religiosos que indican que los tatuajes es una forma de daño autoinfligido y, quienes quieran acceder a una oportunidad de trabajo como policía o alguna fuerza militar, debe quitárselo.