“Sin puño y letra”: teatro por Whatsapp, por primera vez en Colombia

El amor, la inclusión y las nuevas alternativas para contar historias son protagonistas en esta obra que cada día sorprende a más espectadores.

María Alejandra Castaño Carmona - mcastano@elespectador.com
14 de abril de 2019 - 03:20 p. m.
La primera obra de teatro por Whastapp en Colombia. Una producción de Deca Teatro. Una iniciativa participativa, tecnológica, incluyente y vivencial. / Cortesía.
La primera obra de teatro por Whastapp en Colombia. Una producción de Deca Teatro. Una iniciativa participativa, tecnológica, incluyente y vivencial. / Cortesía.

Cartas de amor, una propuesta creativa, inclusión, ingenio y tecnología. Sin puño y letra, además de ser la primera obra de teatro por Whatsapp en Colombia, es un recorrido por el amor, una crítica al mal uso de las redes sociales, una apuesta por la igualdad, una propuesta por mirarnos a los ojos, reconocernos a nosotros mismos, a las emociones que nos rodean y a los miedos que a veces nos gobiernan.

Es pretencioso decir que es una experiencia única, pero sin duda ha sido la respuesta permanente de los espectadores que acuden a este viaje.

En Sin puño y letra las cartas de históricas personalidades se encadenan en un recorrido por una casa que se transforma en espacios múltiples. Los 25 espectadores de cada noche están conectados a un grupo de Whatsapp por medio del cual interactúan y reciben indicaciones (videos, escritos, fotos, gif y audios) para recorrer este museo del amor.

“Entre las ideas locas que se me ocurren, nació, hace tres años, la de hacer teatro por Whatsapp. La primera etapa la quemé con una performance que se llama Equis, un monólogo, también con 25 espectadores, donde, por medio de esta red social, se transmiten todos los textos, audios y referencias. Es un ejercicio bastante fuerte, porque tiene un trasfondo social que, en resumen, es ver cómo el ser humano no hace nada cuando ve que al otro le hacen daño”, dice Daniel Calderón, director de Deca Producciones,  y junto a Julián Santamaría, de este viaje por el amor.

“Después me fui para Chile y para Argentina, y un día leí en el periódico que había teatro por Whatsapp, me sorprendí y dije: ‘¡Ay, ya lo hicieron!’. Quería saber quién y cómo había sido. A pesar de que las boletas estaban agotadas logré entrar; era una obra que se llamaba Paranoia, era para solo un espectador, pero en ningún momento hay actores. Es más de sensaciones”, añade el director.

Cuando aterrizó en Colombia, sabía que era el momento de hacer teatro por Whatsapp, pero con actores. Así fue como desempolvó una idea que tenía de contar una historia a través de cartas de amor de personajes como la cantante francesa Édith Piaf, el psicoanalista austríaco Sigmund Freud, el Libertador Simón Bolívar y el poeta y monje francés Pierre Abélard. Y desde ese entonces todo ha sido un recorrido por el amor, el amor a una pareja, al teatro, a enseñar, a la inclusión y a las nuevas experiencias y formas de comunicar.

“Es completamente novedoso para el actor encontrar otra forma tan acertada de comunicación con el espectador. Ahí reafirmamos que la dependencia de esta aplicación es una realidad, tanto en el ámbito corporativo como personal. Así mismo, ha sido muy interesante romper con el formato convencional de teatro, donde la primera regla es apagar celulares; en este caso, sin el dispositivo puedes vivir la experiencia, pero no sentir la conexión personaje-publico”, dice Juan Granados, quien interpreta a Simón Bolívar.

Conexión, experiencias, crítica social, invitación de mirarse a los ojos, hay que estar en Sin puño y letra para entender la propuesta y lograr sentir lo que han podido vivir los cientos de espectadores que la han visto.

“Es una obra novedosa no solo por la interacción por Whatsapp, sino por la utilización de los espacios y la relación de los personajes con el público. Todos estamos mirando el celular todo el día, entonces fue muy valioso ver cómo la compañía, el teatro y los directores logran llamar nuestra atención desde el primer momento a través de esta herramienta. Eso crea una nueva forma de comunicación”, dice Nancy Gómez, estudiante de Arte Dramático.

“Es espectacular. Me pareció muy buena la forma como hacen que las personas se integren y se sientan casi protagonistas. Formatos de este tipo deberían replicarse y llevarse a distancias de más integración con la comunidad, para que la gente asista y se involucre más con este tipo de experiencias”, comenta Fabián Gómez, padre de Nancy, porque la posibilidad de que sea una obra para personas de todas las edades, gustos y experiencias también la hacen especial.

Dependiendo del momento por el que esté pasando la podrá vivir de manera diferente, pues rupturas, amores idílicos imposibles o nuevas ilusiones también jugarán un papel muy importante en este recorrido. Además, hay un personaje que logra tener la atención de todas las personas gracias a su curiosa interpretación.

“A Juliana la conocí por medio de Daniela, su hermana y creadora de Hablando con Julis: un software que da voz a quienes no pueden hablar. Con ella hemos hecho teatro con interpretación en lengua de señas, pero desde siempre habíamos pensado en cuándo podíamos incluirla en una de las obras, y así, nosotros también poder entrar en su lenguaje”, dice Daniel, quien es enfático en decir que el siguiente paso es hacer algo mucho más grande con diez, veinte y muchas más personas en situación de discapacidad y, de esta forma, buscar otras capacidades para contar una historia.

Por su parte, Juan Granados dice que el cuerpo y el gesto tienen su propia comunicación y con Juliana ha aprendido en cada función gracias a su amor, sinceridad, a la forma de deducir y captar determinadas emociones de interpretación, pero sin dejar de ser ella misma. "Hacernos entender que podemos trabajar todas las formas de pensamiento, si el objetivo es claro, y en este caso amoroso, ha sido de mucho aprendizaje para todos”.

“Admiro, respeto y adoro a esta niña, que me enseña lo hermoso que se torna el silencio con movimiento”, dice Juan Granados.

La inclusión, no solo con Juliana sino con las personas a quienes no les gusta el teatro tradicional, a quienes estaban pasando por un mal momento y las hacen reaccionar, es protagonista en esta obra de teatro que inventa un nuevo formato artístico. 

“La mayoría de los grandes logros de Deca, que ya cuenta con 17 años de labores, han nacido de talleres; siempre he confiado en los procesos pedagógicos. Confío en la gente, de ahí puede surgir una cantidad de cosas. Yo amo lo tradicional, me fascina y me parece que hay espacios y públicos para eso, pero las mismas necesidades nos hablan de otra manera y eso es lo que debemos afrontar como creadores”, concluye el director.

Daniel Calderón ya está preparando otro estreno con el formato de Whatsapp, pero esta vez del lado del teatro erótico. En un futuro también tiene pensado hacer algo destinado a los niños, para que las familias se entretengan y disfruten de la novedosa propuesta.

Mientras tanto, las propuestas internacionales no se han hecho esperar, y desde Panamá y México ya han llegado propuestas para que Calderón viaje allí a dirigir teatro por Whatsapp. Talento de exportación. Una oportunidad para vivir el teatro de otra manera.

 

Por María Alejandra Castaño Carmona - mcastano@elespectador.com

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar