Estas son apenas algunas de las preguntas que desentraña la primera Encuesta Longitudinal Colombiana, realizada por el Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico (CEDE) de la Universidad de los Andes. Un total de 10.800 hogares fueron entrevistados para este estudio, 4.800 de ellos en zonas rurales.
Para empezar, el informe describe el panorama de la tierra rural en Colombia y señala, por ejemplo, que el 31% del territorio nacional (39,2 millones de hectáreas) está en manos de privados y dedicado al agro, y que de esa cifra cerca del 18% parece estar bajo arreglos informales de propiedad. ¿En qué actividades se usa esa tierra? El 53,7% se destina a la producción agrícola, 13,1% a ganadería, 10,7% a pastos y 7% declaró tener el predio inactivo.
La informalidad en la propiedad rural fue centro de esta investigación. Estos son algunos de los resultados: “cerca del 65,8% de los hogares se identifican como propietario formal de su predio, pero sólo 39,9% es, en efecto, un propietario formal. Ello implica que una cuarta parte de los hogares tienen derechos informales de propiedad y lo ignoran. La informalidad total asciende entonces a 32,8%”. La región con mayor informalidad es la Atlántica Media y al otro lado de la balanza está la cundiboyacense.
Y aunque un alto porcentaje de la informalidad no es premeditada, hay hogares que aseguran que continúan en este limbo por falta de recursos (40,7%), porque no consideran necesario contar con derechos formales de propiedad (21,5%) y por desconocimiento (10,3%).