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Alexey Khaideyev se encontró con un tigre siberiano en la entrada de su casa ubicada a las afueras del pueblo Solontsovy, región de Khabarovsk, en Rusia. La mujer estaba intentando abrir la puerta de su casa, pero algo obstaculizaba su paso. "Comenzó a empujar la puerta y escuchó un tigre gruñendo", contó Tsimarno, un vecino al medio The Siberian Times.
Khaideyev angustiada llamó a los servicios de emergencia. El felino no se movía, permanecía en el suelo dejando de lado sus instintos. Cuando llegaron los organismos encargados, sedaron al animal y lo llevaron a un centro veterinario. Los encargados descubrieron que se trataba de una hembra de aproximadamente diez años con problemas en las encías y no tenía los dientes superiores.
El animal se veía agotado, pero no tenía heridas por armas de fuego. "Sin embargo, sí tiene problemas con su cavidad bucal. La tigresa se comportó absolutamente pacífica, como si estuviera pidiendo ayuda humana", le dijo el director del Amur Tiger Center, Sergey Aramilev, a The Siberian Times.
La felina estaba tan débil que su estado físico no permitía la anestesia, pero era necesaria para poder ayudarla. Los veterinarios esperan que la tigresa sobreviva y están haciendo sus mayores esfuerzos. Por el momento la están alimentado conn carne molida con antibióticos.
El tigre siberiano o Amur es una especie en peligro de extinción que habita en los bosque del sureste de Rusia y se estima que hay alrededor de 500 ejemplares.