“Lo mismo Zaba. Él lleva el folclor en la sangre, es hijo de Armando Zabaleta, tiene cientos de festivales encima y está tocando desde pelao”, afirma con serenidad el artista guajiro haciendo referencia a su manera de fusionar el folclor vallenato con bachata, pop y rock.
Este álbum muestra un cambio con relación al primero, pues los coros son más fuertes y hay más mezclas con otros géneros.
“Nosotros no hacemos tropipop, pero sí tenemos vallenato fusionado. Pero todo depende de la canción: si es muy romántica, entonces Zabaleta la vallenatea. Si es muy ‘yuca’, la suavizamos, y así cada canción tiene nuestra voz e identidad”, explica Pipe. En palabras menos regionales, lo que esto significa es que ellos saben lo que hacen y en los arreglos encuentran el equilibrio entre los vallenatos muy tradicionales y otros más románticos para darle a su música un estilo propio.
Peláez es una persona equilibrada, no pretende “cobrar el tiro de esquina y cabecearlo”, por eso su álbum sólo tiene tres temas suyos y mezcla muy bien canciones de otros compositores.
Sin embargo, reconoce que el vallenato nuevo habla más de amor que de vivencias, como eran las canciones tradicionales, porque comercialmente funciona mejor. “Esto es culpa del cuarto poder, pero de todas maneras nosotros somos una generación distinta y hablamos de las cosas que nos tocan a nosotros, nuestras vivencias están ahí plasmadas también”.