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La muerte de Dan Brandon, un amante de los reptiles, fue causada por su propia serpiente en Inglaterra en agosto del año pasado. “Tiny”, que en español significa pequeña, como se llama la pitón africana de dos metros y medio, lo asfixió hasta matarlo.
Aquella noche, su madre escuchó un ruido en la habitación del joven, como si algo hubiese caído al piso. Cuando fue a revisar qué había pasado, se encontró a su hijo yaciendo en el suelo luego de haber sido estrangulado por su mascota favorita. Tiny, la serpiente, estaba debajo de un gabinete.
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Después de las pruebas forenses, se determinó que la pitón lo había ahorcado. “La consideraba su bebé”, dijo la madre a medios británicos.
Sin embargo, parece que todo fue accidental. Dan Brandon convivía también con otras nueve serpientes y 12 tarántulas. Dos indicios arrojaron la hipótesis de se trató de un incidente: él era un herpetólogo experimentado y en su cuerpo no había señales de resistencia, según lo reveló la autopsia realizada por el forense Adnan al-Badri.
"Es posible que se aplicara algún tipo de presión en el cuello o el pecho, pero no creo que la serpiente se mostrara agresiva con Brandon", indicó Badri. Es posible que la pitón se encontrara alrededor de su cuerpo y una caída inesperada generara más presión de la que normalmente ejercía sobre su dueño.
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John Cooper, el veterinario de las mascotas exóticas del joven, aseguró que, “por su larga experiencia, Brandon habría sabido desenrollar de su cuello a la pitón sin problema. Es poco común que las serpientes en cautiverio produzcan heridas graves".
Sin embargo, su madre advirtió que “Tiny” era cada vez más fuerte y grande, por lo que Brandon se había vuelto muy cauteloso con ella.
Las pitones se caracterizan por carecer de veneno, pero, a su favor, cuentan con músculos fornidos que acaban con sus presas mediante la asfixia justo antes de comérselas enteras.