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La manifestación “Put it to the people” (“que decida a la gente” en inglés) fue convocada por organizaciones de la sociedad civil y medios de ese país como The Independent. Ellos se han referido a esta como la última oportunidad de los ciudadanos para exigir que su voz sea tenida en cuenta en el Brexit.
El punto de encuentro del recorrido, después de pasar por algunas de las principales calles de la capital británica, fue precisamente el edificio del Parlamento. En el Parliament Square, la enorme plaza que da la bienvenida al corazón del gobierno inglés, ya hicieron presencia figuras como la presidenta del Partido Nacional Escocés, Nicola Sturgeon, y miembros del Partido Laborista, que son oposición.
El mensaje de invitación de People’s Vote, Britain for Europe y Open Britain, quienes están detrás de la marcha, es claro: el debate, dicen, debe ser sacado del parlamento y llevado a las calles, a pesar de que en 2016 ya perdieron un primer referendo. Con esa idea lograron reunir a los millares personas que se registraron en su formato web para esta marcha y a los más de cuatro millones que firmaron su petición para que se revoque el “Artículo 50”, el talón de Aquiles de la primera ministra, Theresa May.
En ese artículo del Tratado de Lisboa, firmado en 2007, la Unión Europea (UE) especificó cómo se debe tramitar la salida unilateral de cualquier país miembro que así lo desee. La interpretación que ha hecho el Parlamento Europeo de ese artículo, entre otras cosas, permitiría que el Reino Unido aplace su salida más tiempo —como solicitó esta semana— o, incluso, que se retracte.
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Tom Watson, segundo al mando del Partido Laborista, dijo en esa plaza pública que desde el comienzo han intentado llegar a un acuerdo que respete el resultado del referendo y que traiga los mejores resultados para el país, pero desde el comienzo han sido ignorados. Además añadió, entre los aplausos del público, que: “La primera ministra asegura que habla por Gran Bretaña. Bueno, ministra: mire por su ventana, abra sus cortinas, prenda su televisor. Mire esta enorme multitud aquí hoy. Aquí está la gente. Theresa May, usted no habla por nosotros”.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha sido criticada por los efectos que tendrá sobre la economía del país, pero también porque habría sido motivada, en gran medida, por noticias falsas. Ahora, británicos de todas las edades están expresando su descontento frente a un escenario que cada vez se torna más difícil. Uno de los manifestantes incluso le dijo a The Independent que no había podido votar en el referendo de 2016, porque era menor de edad, pero que desde entonces está haciendo campaña para evitar que el Brexit se materialice.
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Lara Spirit, cabeza de Our Future Our Choice, otro de los colectivos detrás de la manifestación, escribió en su columna de ayer en The Guardian: “La marcha del sábado es muy diferente a otras en el pasado porque el Brexit no es un trato cerrado. El gobierno se ha estancado y la política está en un punto muerto. Marchamos días antes de que nuestro país pueda estrellarse por completo con su salida de la Unión Europea”.
A esta marcha se suma la prórroga que May ya pidió a la UE. La respuesta, que se conoció esta semana, fue un sí, pero a una condición que será difícil de aprobar en el Reino Unido. Los comisionados europeos aceptaron aplazar la salida hasta el 22 de mayo solo si en el Parlamento aprueban el plan diseñado por los 27 socios de la UE, de no ser así, Gran Bretaña deberá participar en las elecciones del Parlamento Europeo del 23 y 26 de mayo. Algo que afectaría las futuras decisiones de las instituciones europeas y podría desembocar en un segundo referéndum sobre la salida británica del bloque.