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Se acercan las vacaciones y con ellas la eterna pregunta de qué planes elegir para disfrutar en familia, aprovechar el tiempo, divertirse y aprender. Para muchos es una elección caótica, pero la buena noticia es que en la ciudad hay actividades para todos los gustos, presupuestos y edades.
Una de las opciones es para quienes aman el arte y la cultura. En el Museo del Oro, en noviembre, se dictarán talleres de creatividad que se pueden tomar en familia. Cada integrante puede elegir qué actividad realizar, los materiales a utilizar y el tiempo de trabajo.
El objetivo es que las personas se involucren con las tradiciones de los indígenas prehispánicos y puedan aprender a hilar con huso y volante como lo hacían los muiscas. También dibujar con agua murales para ofrendar la vida o reparar un objeto tal y como lo hicieron los antiguos pobladores de nuestro territorio. Son más de 10 talleres simultáneos que estarán disponibles todos los sábados. Solo se deben dejar inspirar por los objetos y las historias que guarda el Museo del Oro.
La diversión en Bogotá también se vive en lugares que acercan a las personas a la naturaleza. El Jardín Botánico José Celestino Mutis tiene espacios para participar en las jornadas para plantar árboles, aprender de aves y mariposas e involucrarse con las investigaciones de la entidad. Actualmente se puede apreciar la exposición de fotografía e ilustración “De la A a la Seta”, elaborada por el equipo de fisiología de hongos de la Facultad de Biología de la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá, para que las personas conozcan un poco más de la diversidad de hongos y los que predominan en el ecosistema.
Estos espacios promueven la unidad familiar y un espíritu investigativo. Las vacaciones deben ser una temporada en la que los niños y jóvenes tengan diversas actividades y no dejarlos únicamente en casa. “Por eso clases de teatro, escuelas deportivas e incluso los horarios para ver televisión o estar con el celular se deben tener planificados para aprovechar al máximo el tiempo”, señala el médico Andrés Jagua.
En estos casos las cajas de compensación son aliadas claves, porque en su programación cuentan con actividades deportivas, culturales e incluso tecnológicas. Una ventaja es que los padres de familia pueden inscribir a sus hijos y tener la seguridad de que están en un lugar en donde se sabe cómo promover la diversión, el descanso y el aprendizaje.
Sin importar cuál sea el plan, el llamado es a “disfrutar tiempo en familia, ir a un parque, comer helado o leer para que se fortalezcan los lazos y se pueda también cultivar valores como el respeto y la confianza”, concluye Jagua.