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Trece años en los medios de comunicación le han permitido a Mónica Jaramillo sortear sin problema imprevistos al aire, entrevistar reconocidos personajes y cubrir acontecimientos relevantes de Colombia y el mundo. Uno de los más recientes, y que más recuerda, fue el homenaje al equipo Chapecoense, en el que la presentadora de Noticias Caracol dejó ver su lado humano.
Un trabajo que exige disciplina, esfuerzo y la preparación de una mujer que tenía que viajar todos los días de Marinilla a Medellín para asistir a sus clases de pregrado en la Universidad Pontificia Bolivariana. Mónica inició su carrera en Teleantioquia Noticias, pasó por Telemedellín, el noticiero CM& y actualmente hace parte de Caracol Televisión y Blu Radio.
Sin embargo, aunque todos estos fueron trabajos que le permitieron crecer y aprender, no hay ninguno que se compare con la labor que arrancó hace un año: la maternidad. “Menos mal no lo descubrí antes, porque ya tendría como 20 hijos... (risas). Es un proceso espectacular, algo maravilloso, un descubrimiento diario que te permite entender y ver el mundo distinto”.
El protagonista es Joaquín Valencia Jaramillo. El bebé del que los 124.000 seguidores de Mónica se enteraron por una publicación que hizo su compañera, Mábel Lara, en Instagram. “Los primeros en saber que estaba embarazada fueron mis familiares. Esperé tres meses para hacerlo público por recomendación de los médicos, pero esa tarea la hizo Mábel. Publicó una foto de las dos con un mensaje que decía: ‘Sigue creciendo nuestra familia Noticias Caracol. Joaquín te estamos esperando, prometo ser una tía consentidora’”, recuerda Mónica.
Desde entonces, las publicaciones de la periodista y presentadora tomaron un nuevo rumbo. La mayoría de ellas mostraban los primeros regalos para #JoaquinVJ (el hashtag que usa Mónica para mencionar a su hijo en Instagram), fotos frente al espejo en las que dejaba ver cómo iba creciendo su barriga con el paso de los meses, memorias de los baby showers que le organizaron sus amigos e incluso lo que llevaría la pañalera que la acompañaría cuando llegara el momento de conocerse.
“La verdad es que fue un embarazo muy sano, sin complicaciones, sin náuseas; lo que sí me daba era mucho sueño. Hubo una semana en la que tuve antojos de sushi y comía en el desayuno, el almuerzo y la comida, porque no me saciaba. Yo creo que esa tranquilidad también se dio porque estuve muy bien acompañada por familiares y compañeros de trabajo y porque fue un bebé deseado”, cuenta.
El momento de conocer a Joaquín llegó el 4 de mayo de 2016. Sus seguidores se enteraron a través de las redes sociales por una publicación que hizo con un mensaje que decía: “Y al fin llegó el día… Gracias por sus buenos deseos, por las bendiciones, por el cariño... ¡Todo salió perfecto! #Joaquín @eduardoval”. Las menciones corresponden al nuevo miembro de la familia y a su esposo, el empresario Luis Eduardo Valencia, con quien está casada desde 2010.
Quienes han seguido los pasos de Mónica desde que ingresó a esta red social notan dos cosas: que el número de likes por publicación aumentó desde su embarazo y que hay más fotos de Joaquín que suyas. “Todo lo que publico es porque uno empieza a sentirlos como una familia. Sin embargo, trato de ser muy prudente con la información que entrego, porque uno se expone a cosas innecesarias”.
Por eso en su Instagram, las mamás, ante cualquier duda, siempre encontrarán la sugerencia de consultar al pediatra y serán testigos de cómo crece Joaquín, sus hazañas, su manera de descubrir el mundo, sus primeros días, su risa, su forma de consentir a la mamá con besos. “Pienso que la maternidad es un acto tan individual que no me siento en la capacidad de dar consejos de cómo criar un hijo”.
Lo que sí recomienda a quienes, como ella, combinan la maternidad con una faceta pública, es no dar información de la ubicación en donde está con el niño, ni referencias que lo pongan en riesgo físico o emocional.