
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La Universidad Nacional de Colombia (UNAL) dio a conocer que, por primera vez en Colombia, se confirmó la presencia de la especie Sciopemyia fluviatilis, que hace parte de los flebotomíneos, un grupo de insectos que se alimentan de sangre para completar su ciclo de vida. Debido a ello, son posibles portadores del parásito que causa la leishmaniasis, una enfermedad que, además de generar lesiones en piel, nariz y boca, puede afectar el bazo o el hígado.
“Los flebotomíneos habitan en ambientes selváticos; los criaderos son principalmente tierra húmeda enriquecida por materia orgánica y hojarasca, necesarias para la alimentación de las larvas”, cita el portal de comunicaciones de la institución educativa a Katerine Caviedes Triana, estudiante de la Maestría en Ciencias - Biotecnología de la UNAL. Estos insectos atraviesan cuatro estados durante su ciclo de vida: huevo, larva, pupa y adulto. Al llegar a su etapa adulta, buscan refugio en las raíces de los árboles cercanos a los sitios de cría.
Le puede interesar: El mundo microscópico que hallaron en una recóndita cueva de la Amazonia
Hasta ahora, en el país se habían identificado 14 especies de flebotomíneos transmisores de leishmaniasis, aunque no se sabía mucho sobre sus distribuciones y diversidad en la región Amazónica. Es por ello Caviedes capturó 1.103 insectos de este tipo, 859 de ellos en veredas de Florencia, en Caquetá, y los 244 restantes en zonas aledañas a la Reserva Natural Tanimboca y en la comunidad indígena de San Pedro de los Lagos en Leticia, Amazonas.
Recolectarlos no es una labor sencilla, pues se requiere destreza y recursos muy específicos, como trampas de luz tipo CDC y Shannon, las cuales emiten una luz que atrae a los insectos. Cuando se acercan a la luz, son succionados, capturados y se mantienen en un recipiente.
Lea también: La deforestación en Colombia aumentó 35 % en 2024 frente a 2023
De acuerdo con Caviedes, la búsqueda se realizó en la noche, cuando los flebotomíneos se mantienen más activos. En el proceso, además, participaron otros investigadores del grupo Microbiodiversidad y Bioprospección, adscrito a la Facultad de Ciencias de la universidad. El estudio fue dirigido por la profesora Claudia Ximena Moreno Herrera y codirigido por el doctor Rafael José Vivero Gómez.
Tras el análisis taxonómico de los individuos recolectados, que no superan los 4 mm de largo, Caviedes confirmó que ocho de las especies identificadas, por ejemplo Nyssomyia antunesi, Psychodopygus amazonensis y P. chagasi, juegan un papel importante en la transmisión de la leishmaniasis. “Las especies identificadas tienen relevancia epidemiológica, ya sea por ser vectores comprobados o vectores sospechosos del parásito de Leishmania. Dentro de ellas también están P. amazonensis, P. paraensis, P. panamensis y Nyssomyia antunesi”, dijo la investigadora.
Le puede interesar: Delfines rosados en la Amazonía fueron vistos orinando en el aire, ¿qué significa?
En Caquetá se registró por primera vez la especie Evandromyia (Evandromyia) georgii, y en el departamento de Amazonas la especie Viannamyia tuberculata. “Estos nuevos registros amplían la comprensión sobre la distribución geográfica de los flebotomíneos en Colombia y refuerzan la necesidad de monitorear sus poblaciones”, agregó Caviedes.
El proceso para clasificar a los insectos consistió en la fragmentación (disección) de sus segmentos abdominales y cabeza, con el fin de organizarlos en diferentes niveles, desde los grupos más amplios hasta los más particulares. Durante este procedimiento, los ejemplares se sumergen en un líquido preservante y se analizan sus características.
Según cita la agencia de la UNAL a Caviedes, para la identificación se apoyaron en una herramienta llamada claves dicotómicas, que son como libros ilustrados con fotografías. “Nosotros utilizamos las versiones más actualizadas, que incluyen los trabajos de la doctora Eunice Galati de Brasil, y de Young y Duncan, además de los reportes científicos actuales sobre flebotomíneos en la región Amazónica, tanto brasileña como colombiana”.
Lea también: La nueva especie de pez miniatura que descubrieron en la Amazonia colombiana
También fue necesario emplear técnicas de biología molecular, como la extracción de ADN total de los individuos, para identificar fragmentos de genes que se compararon en bases de datos. Esto no solo permitió corroborar la identidad taxonómica de los insectos, sino que también arrojó nuevos “códigos de barras” genéticos para la fauna de la Amazonia.
La investigadora subrayó que estos hallazgos pueden servir para fortalecer los programas de vigilancia para estos insectos en la Amazonia colombiana, así como optimizar las estrategias y medidas tanto para la prevención como el control de la leishmaniasis.
*Este artículo es publicado gracias a una alianza entre El Espectador e InfoAmazonia, con el apoyo de Amazon Conservation Team.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜
