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Así se están fortaleciendo los Acuerdos de Cero Deforestación en el Meta y Caquetá

Estos acuerdos buscan garantizar que los productos agropecuarios provengan de tierras que no hayan experimentado una deforestación reciente. En los últimos años, el programa Prorural implementó una estrategia en Meta y Caquetá, para vincular a nuevas empresas al acuerdo de la cadena láctea, y para que empresas firmantes de este acuerdo, tengan herramientas con las que puedan demostrar que sus actividades no afectan los bosques.

04 de noviembre de 2025 - 03:09 p. m.
Así se están fortaleciendo los Acuerdos de Cero Deforestación en el Meta y Caquetá.
Así se están fortaleciendo los Acuerdos de Cero Deforestación en el Meta y Caquetá.
Foto: Prorural / GIZ
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Hace más de cinco años que Jaime García, representante de la empresa láctea La Arboleda en el Meta, firmó un documento con el que se adhirió al Acuerdo Cero Deforestación de la cadena láctea, con el objetivo frenar la pérdida de bosque en los predios ganaderos de los que proviene la leche que compra.

“Desde que firmamos esos acuerdos entendimos muy pronto que esto no era una simple moda sobre la reforestación o la contención de la frontera agrícola. Nos dimos cuenta de que, si no cambiábamos nuestra manera de hacer las cosas, íbamos a quedarnos sin qué comer, porque dependemos directamente de los ecosistemas y de los servicios que sostienen la ganadería”, asegura García.

En contexto: El modelo de ganadería sostenible en Caquetá y Meta que deja una semilla en Colombia.

García hace parte de un grupo importante de empresarios que en los últimos años se han acogido a estos acuerdos, impulsados por los ministerios de Ambiente y de Agricultura y en los que Colombia ha sido pionera en Latinoamérica y representan una nueva fase de las acciones para hacer frente a la deforestación.

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El objetivo principal de estos acuerdos es garantizar que los productos agropecuarios provengan de tierras que no hayan experimentado una deforestación reciente. Esto se logra a través de un sistema en el que participan las empresas, las asociaciones de productores y el gobierno para demostrar que los productos vendidos en el mercado no contribuyan, a lo largo de su cadena de producción, a esta problemática ambiental. Hasta ahora, los Acuerdos Cero Deforestación (ACD), se han adaptado en el contexto de cadenas de valor como el cacao, la palma aceitera, el café y los sistemas de producción bovina de carne y leche.

Para impulsar esta última cadena, en los últimos dos años, el programa Prorural, implementado por la Cooperación Alemana para el Desarrollo - GIZ, por encargo del Ministerio Federal de Cooperación y Desarrollo de Alemania, ha buscado apalancar estos esfuerzos para consolidar estas apuestas en el territorio y demostrar que es posible avanzar hacia una ganadería protectora de bosques.

“Si bien la ganadería es uno de los principales motores de deforestación en el mundo, no podemos simplemente erradicar esta actividad y sacar a la gente de los territorios. Lo que se necesita es desarrollar un modelo para armonizar estas producciones con la conservación, y ese ha sido nuestro objetivo”, explica Leonard Maue, consejero de Acción Climática de la Embajada de Alemania.

Fortaleciendo las capacidades locales

Uno de los principales asuntos en el que busca avanzar el programa es fortalecer las capacidades de los productores locales y de las industrias para poder aplicar estos acuerdos de conservación que requieren un alto nivel de capacidades para poder certificar sus resultados.

“Lo que se busca con estos esfuerzos en el territorio es fortalecer para impulsar una ganadería sostenible, pero no solamente para un tema productivo, sino con el objetivo muy grande que tienen los dos gobiernos de proteger los bosques”, explicó Sabine Triemer, coordinadora de Prorural, GIZ Colombia.

A ojos de Miguel Viancha, de la Fundación Ecosocial, que ha liderado la implementación de estos acuerdos, entre los principales retos con los que se topan las empresas que se vinculan a estos procesos es que “no todas las personas tienen las capacidades para armar informes sobre los predios en los que trabajan, o para detectar riesgos de posible deforestación. Y en esto, Prorural ha dado un gran apoyo en facilitar a las empresas el desarrollo de estos acuerdos a través de asistencia técnica”, sostiene.

A esto se suma que uno de los principales desafíos que enfrentan las empresas es la dificultad para acceder a información geográfica precisa sobre la ubicación de sus proveedores directos e indirectos, especialmente si son pequeños productores, ya que carecen de suficientes recursos y/o capacidades para rastrear la producción desde las fincas hasta los consumidores.

Para esto, en los departamentos de Caquetá y Meta se realizaron jornadas para visibilizar los acuerdos de deforestación a nivel territorial, y llegar a todo tipo de productores. Además, se realizaron talleres en conjunto con aliados como TNC, Ecosocial y otros actores, para conocer los alcances de estrategias y las herramientas de monitoreos necesarias para aplicarlos.

Por su parte, también se realizaron jornadas con extensionistas en empresas con La Maporita en Caquetá o Lácteos La Arboleda para hacer tareas pendientes como el levantamiento de polígonos, análisis de riesgo, deforestación, entre otros elementos claves para asegurar la eficacia de los acuerdos.

“Nosotros acá tenemos una gran área de influencia, y de la mano de los extensionistas de ProRural y con el apoyo de profesionales, nos apoyaron con un diagnóstico a nivel de direccionamiento estratégico y de nuestra red de proveeduría, pero también a nivel de instalaciones a nivel de equipo y los protocolos en la elaboración de productos”, cuenta García, de La Arboleda.

En esta línea, ProRural apoyó la implementación de los ACD de seis empresas, capturando información para la caracterización de sus proveedores, realizando análisis de riesgos de deforestación, así como brindándoles acompañamiento en la formulación de la política propia para lograr una cadena productiva libre de deforestación.

Hacia mejores protocolos de verificación

Precisamente, otra de las acciones del proyecto fue el apoyo a los ACD en la consolidación de la implementación del Protocolo de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV), que aborda y mitiga los desafíos de la trazabilidad en las cadenas de suministro mediante la implementación de sistemas rigurosos de localización y seguimiento de productores.

La aplicación de este protocolo implica un rastreo detallado de los proveedores y de la gestión indirecta. En esta, la empresa debe garantizar acuerdos con sus proveedores directos para identificar y obtener la ubicación predial de todos los proveedores indirectos. Además, requiere una estandarización de la información, de modo que todos los actores de la cadena utilicen los mismos criterios y formatos de registro.

“El apoyo de Prorural representó un gran empujón para el proceso, pues a través de capacitaciones se logró que diferentes empresas puedan participar en el proceso de verificación de lo que está ocurriendo en estas cadenas”, explica Sandra Durango, de la Alianza de Bioversity International y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). “Esto permitirá avanzar hacia la implementación de un sistema interoperable en que las empresas podrán reportar información que podrá luego ser cruzada con los datos que tienen entidades como el Ministerio de Ambiente o el Ideam”.

Estos protocolos, por ejemplo, permiten a las empresas mirar zonas en las que puede haber riesgos de deforestación, y llegar a acuerdos con sus proveedores para llegar a soluciones y prevenir o mitigar daños ambientales ligados con su cadena de proveeduría.

“Las capacitaciones también ha sido claves para cambiar la mentalidad de los proveedores, que antes solo querían tumbar monte y tener más espacio. Lo que se empezó en el territorio es una semilla, un granito de arena, para demostrar que todos estos procesos son posibles”, asegura García, de La Arboleda.

Estos avances en el terreno son fundamentales, pues ofrecen una distinción para los productores que adelantan estos procesos en sus predios. De hecho, se está trabajando con la Oficina de Negocios Verdes del Ministerio de Ambiente para entregar sellos verdes que certifiquen estos procesos en los mercados nacionales.

Lo invitamos a leer: Empresas lácteas que impulsan la transición energética en el Caquetá y el Meta.

“Lo que se está logrando con los acuerdos y estos protocolos es muy valioso, pues ahora estos hacen parte de las Contribuciones Determinada a Nivel Nacional de Colombia, es decir, las metas que tiene el país en el marco del Acuerdo de París, para seguir desarrollando ganadería sostenible y con sistemas verificables”, explica Durango, del CIAT.

Además de esto, la implementación de estos modelos abre la puerta a posibles nuevos mercados, como el de la Unión Europea, que recientemente lanzó un manual con requisitos para poder exportar a estos mercados. “Aunque los productos lácteos y cárnicos colombianos aún no se exportan a ese mercado, se están dejando una semilla, y el potencial es enorme”, concluye Viancha, de la ONG Ecosocial.

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