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En América Latina, las desigualdades de género están profundamente ligadas a cómo se distribuye en el tiempo el trabajo de cuidado. Según datos de ONU Mujeres y el DANE (2021), las mujeres en Colombia dedican más del doble de tiempo que los hombres al cuidado no remunerado: 4 horas y 25 minutos diarios frente a 1 hora y 56 minutos, respectivamente. Esta carga invisible que recae sobre las mujeres afecta su autonomía económica, su acceso a educación, a pensión, a tiempo libre y a espacios de decisión y participación.
La socióloga uruguaya Karina Batthyány, directora ejecutiva de Clacso e invitada al Festival Actuar por lo Vivo en Medellín, evento impulsado por la Caja de compensación familiar de Antioquia Comfama y por la organización Actuar por lo Vivo, ha dedicado gran parte de su vida a investigar este tema para comprender cómo el cuidado ha cambiado y a promover el concepto de la sociedad del cuidado.
Su propuesta busca redistribuir el trabajo doméstico y reflexionar sobre el modelo de convivencia desde la interdependencia, la equidad y la sostenibilidad: “hemos sostenido economías sobre el silencio del cuidado, los cuerpos y los territorios. Es hora de cambiar la lógica”, afirma Karina, quien sostiene, además, que no se trata solo de repartir tareas del hogar, sino de construir un modelo económico que no dependa de la explotación ni de personas, ni de ecosistemas.
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Cuidar, desde esta mirada, es regenerar: relaciones, tejidos, vínculos. Y para regenerar estas relaciones varios países latinoamericanos vienen trabajando en reconocer el cuidado como un derecho. Eventos como el Festival Actuar por lo Vivo, que se realizará del 4 al 10 de mayo en Medellín y el Suroeste antioqueño y está dirigido a personas, empresas y organizaciones sociales, están promoviendo diálogos sobre el cuidado, la regeneración y la justicia social, contando con la participación de Karina Batthyány y otras voces locales e internacionales.
El cuidado, entonces, ha pasado de ser un tema íntimo, que se vive de puertas adentro, para ser visibilizado en las agendas públicas e identificar los actores que intervienen en las garantías del goce efectivo de ese derecho, como lo son principalmente el Estado, las empresas, las comunidades y los hogares. Colombia, por ejemplo, cuenta con una política pública nacional de cuidado.
Esta política pública es pionera en América Latina y encarna lo que Karina Batthyány defiende: “el cuidado como una función social fundamental, que debe ser reconocida, redistribuida y reorganizada”. Batthyány advierte que tareas esenciales como alimentar, acompañar, curar y proteger son el sostén de la sociedad: “no hay economía posible sin quienes cuidan”, afirma.
Desde su marco teórico, identifica cuatro rostros clave del cuidado: niños y niñas, personas mayores, personas con discapacidad y quienes cuidan, en su mayoría mujeres. Este último grupo es, paradójicamente, el más desprotegido: muchas veces sin salario, sin seguridad social y sin tiempo para sí mismas. “Romantizar el cuidado es negar que muchas veces implica desgaste, violencia y abandono”, señala la investigadora.
“Estamos reconstruyendo el tejido social desde el cuidado. No se trata solo de políticas públicas, sino de transformar nuestra forma de vivir y valorar la vida”, sostiene Karina, quien además resalta que estamos en una crisis de cuidado, ya que los modelos de cuidado han estado centrados en la disponibilidad de las mujeres y de la familia y está es una premisa que está cambiando, al igual de los cambios demográficos y el aumento de la expectativa de vida. En resumen, el mundo de puertas afuera ha cambiado y por eso el cuidado deja de ser un tema privado del hogar, para ser un tema de interés colectivo y que requiere otras formas de ser abordado.
¿Cómo sería entonces una economía construida desde la perspectiva de la sociedad del cuidado? Este interrogante será el eje de la conversación entre Karina Batthyány y Angélica Naranjo en el Festival Actuar por lo Vivo, titulada “Repensar la economía regenerativa desde el prisma del ecofeminismo”, moderada por Perla Toro, que se llevará a cabo el viernes 9 de mayo, como parte de la conversaciones centrales del festival: un espacio para el encuentro cultural y ambiental que une a comunidades, empresas, expertos y artistas en una serie de encuentros para reflexionar y actuar en favor del cuidado del planeta y la regeneración de la vida.
El festival es parte de un movimiento global con eventos en Europa, África, Asia y Suramérica, y la edición de 2025 en Colombia reunirá voces como la del etnobotánico Wade Davis, la exministra Angélica Mayolo, la educadora y emprendedora Enilda Jiménez, e incluirá más de 50 actividades entre experiencias inmersivas, artes vivas, laboratorios territoriales, clases maestras y conversaciones que unen biodiversidad, salud, innovación y justicia ecológica. Todo con el propósito de intercambiar saberes, aprender colectivamente y vincular ideas entre tiempos y territorios, integrando a todos los sectores de la sociedad en torno a las reflexiones ecológicas y culturales de nuestro tiempo.
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Por Comunicaciones Comfama
