Tayrona es uno de los Parques Nacionales Naturales más visitados por los colombianos, pero tras esa vocación ecoturística se esconde un territorio sagrado, base de la cultura ancestral de varias comunidades indígenas.
En el principio todo era mar, no existía nada ni nadie. El mar era la madre que tampoco era persona ni cosa. Ella era Aluna “espíritu de lo que iba a venir”, pensamiento y memoria. Poco a poco y antes de que amaneciera, la Madre creó nueve mundos, uno encima de otro. En el tercero apareció la gente “pero no tenían huesos ni fuerza, eran como gusanos y lombrices” y en el octavo, la Madre concibió a los Padres y dueños del mundo, Seihukúkui, Seyánkua, Sintána, Kimáku, Kuncha-vitauéya, Aldauhuíku, Akíndue, Jantána y Duesángui.
Los Padres y dueños del mundo comenzaron a secar el mar para poder sembrar, pero no tenían con quién hacerlo. Le pidieron a la Madre que tuviera hijas para desposarlas y ella parió nueve mujeres: Tierra Blanca, Tierra Roja, Tierra Amarilla, Tierra Azul, Tierra Arenosa, Tierra Quemada, Tierra Ceniza, Tierra Rocosa y Tierra Negra. Los Padres y dueños del mundo le pidieron a la Madre que les entregara a una y ella les entregó a Tierra Blanca que no pudo fertilizar la tierra. (Lea: Sí, los glaciares en Colombia desaparecerán, pero no al mismo tiempo)
Ellos regresaron a donde la Madre con la misma petición y ella le entregó a otra de sus hijas que tampoco logró el cometido. La historia se repitió seis veces y por novena vez, los Padres y dueños del mundo le pidieron entregar a su última hija, pero ella dijo que no tenía más. Tierra Negra estaba escondía, sin embargo, los hermanos la encontraron y uno de ellos la desposó y huyó con ella. Ambos anduvieron por todo el territorio y donde ella pisaba se creaba tierra negra o fértil.
Para proteger todo lo creado, establecer reglas y cuidar a sus hijos, los humanos, la Madre clavó un huso de hilar gigante en el pico más alto de la Sierra Nevada, cogió una punta del hilo y trazó una circunferencia alrededor. El territorio delimitado fue el regalo de ella a sus hijos para que vieran en paz, con la condición de mantener el orden establecido y respetar la Ley de Origen, que incluye cuidar los sitios sagrados donde se encuentran los guardianes del mundo y hacer el pagamento en los tiempos indicados.
El anterior relato hace parte de los mitos de creación del mundo de la cultura kogui y que delimitan el territorio ancestral de los pueblos originarios de la Sierra Nevada, llamado la Línea Negra. Para los kogui, arhuaco, wiwa y kankuamo, la Línea Negra “se expresa en un sistema de sitios y espacios naturales y sagrados interconectados física y espiritualmente, ellos son puntos de conexión con el origen de la vida, pues desde cada uno surge y fluye la energía que se conecta con los demás espacios en todo el Universo”. (Lea: El 75 % de los manglares están amenazados, por eso hay que hablar de su restauración)
Dentro de la Línea Negra se encuentra el Parque Nacional Natural Tayrona, que para muchos colombianos es un lugar de esparcimiento, pero que para los pueblos indígenas de la Sierra Nevada es sagrado porque allí se encuentran cerca de 40 sitios relacionados con sus mitos, con la Ley de Origen y con los pagamentos. En muchos de estos solo a los manos (líderes espirituales) y a sus aprendices les está permitido entrar, pero hay otros lugares, en especial los ubicados en las playas, en los que se puede hacer actividades ecoturísticas, siempre y cuando los respeten espiritual y materialmente.
Por su importancia cosmogónica, los sitios autorizados para el ecoturismo no son para hacer lo que se quiera. Por eso se recomienda a los visitantes no solo vivir una interacción con el territorio, sino a experimentar y conocer su carácter sagrado. El siguiente es un pequeño listado de algunas de las playas en los que se encuentran lugares sagrados pero, que pueden ser visitados:
- Cabo San Juan Del Guía (Mutuateizhaka Teluama)
La playa de arena blanca convive con un hermoso litoral recoso y un bosque húmedo tropical del Caracolí. Allí, tortugas marinas llegan a desovar y es el lugar del Padre Teluama. En el mar están los guardianes espirituales de los Tayrona – Teykú, quienes manejan y protegen los principios del manejo correcto del orden de la naturaleza y la humanidad.
- Cinto (Jaba Someizhi)
Es la playa donde el visitante puede apreciar la transición entre el bosque seco y el bosque húmedo tropical. Es un territorio resguardado por Jaba Someizhi, la Madre espiritual para la curación de las enfermedades y los pensamientos negativos.
- Gayraca (Mama Julakungui)
Esta ensenada, conformada por las playas de Gayraca y del Medio, se caracteriza por estar rodeada de bosque seco y tener ecosistemas de manglar y coralino. Allí se encuentra Mama Julakungui, el Padre del principio de mantener la vida humana en armonía con el territorio.
- Bahía Concha (Jate Kalashe y Jaba Kalawia)
En las aguas de estas playas se encuentran hermosos arrecifes de coral y pastos marinos. Es el territorio del Padre y la Madre de los bosques y de las lagunas costeras.
- Zona marina de isla aguja (Jaba Zazhiumun)
En esta isla los visitantes pueden bucear y observar los hermosos corales que allí se encuentran. De acuerdo a la cosmovisión de los pueblos originarios de la Sierra Nevada, el territorio está regentado por Jaba Zazhiumun, la Madre Mar, de quién emanan los mandatos del orden del mar y la tierra para cuidar la biodiversidad marino – costera.