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La misión Biomass es una misión satelital de observación de la Tierra desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA) como parte de su programa FutureEO y su serie de misiones científicas Earth Explorer. Fue lanzada recientemente (hace no más de dos meses) y su objetivo principal es medir, con alta precisión, la cantidad de biomasa y carbono almacenado en los bosques del planeta. A pesar de que lleva poco en servicio, Biomass acaba de revelar unas primeras imágenes que los científicos no dudan en catalogar de “impresionantes”.
Lo que hace especial a esta misión, sin embargo, es que por primera vez se utilizará desde el espacio un radar de banda P (P-band), una tecnología que emite ondas capaces de penetrar la densa vegetación y llegar hasta los troncos y el suelo forestal. Gracias a esto, el satélite podrá estimar con mucha más precisión la estructura y la masa de los árboles, incluso en los bosques más densos del planeta, como la Amazonía o la cuenca del Congo. ¿Por qué esto es importante? Porque conocer con exactitud cuánta biomasa hay en los bosques nos permite cuantificar el carbono almacenado en ellos, explica la misión. Esta información es esencial para entender el ciclo global del carbono y el papel que juegan los bosques en la regulación del clima.
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Si un bosque se deforesta, ese carbono se libera a la atmósfera; si crece, ese carbono se “captura”. Así, medir estos cambios permite tener un seguimiento detallado del impacto de la actividad humana y de las estrategias de conservación. “Al observar estas primeras imágenes, queda claro que nuestro satélite Earth Explorer Biomass está preparado para cumplir su promesa”, señaló la directora de Programas de Observación de la Tierra de la ESA, Simonetta Cheli. La primera imagen (y con la que abre este artículo) muestra parte de Bolivia. Este país, dice la misión, ha experimentado una deforestación significativa, ubicándose entre los países con mayor pérdida de bosque primario a nivel mundial. Si bien existen razones complejas, esto se debe principalmente a la tala de bosques para la expansión agrícola.
La imagen fue creada utilizando una tecnología especial de radar que capta señales en distintos canales de polarización, lo que permite distinguir diferentes tipos de cobertura terrestre a través del color. Por ejemplo: los tonos verdes representan las densas selvas tropicales; los rojos, áreas de llanuras aluviales boscosas y humedales; los azules y morados muestran pastizales y las zonas negras corresponden a cuerpos de agua como ríos y lagos.
Una de las principales figuras geográficas que aparece en esta imagen es el río Beni, que nace en la cordillera de los Andes y fluye hacia el noreste, atravesando las tierras bajas bolivianas en dirección a Brasil. Este río es un buen ejemplo de los ríos que todavía fluyen libremente por la Amazonía, sin estar represados, y que conservan su curso serpenteante natural.
“La verdadera fortaleza de la misión Biomasa no reside en identificar características a partir de una sola imagen, sino en su singular técnica de muestreo y su capacidad para combinar múltiples observaciones de la misma área para revelar la altura y la biomasa del bosque. Esto permite a los científicos cuantificar con precisión las reservas de carbono forestal y comprender mejor el papel de los bosques tropicales en el ciclo global del carbono”, dice la misión. Es decir, y en palabras mucho más simples: lo más valioso de la misión Biomasa no es solo tomar una imagen bonita desde el espacio, sino que puede observar la misma zona muchas veces y desde distintos ángulos. Gracias a eso, los científicos pueden medir cuán altos son los árboles y cuánta madera (o biomasa) hay en un bosque.
Esta segunda imagen, aunque es la primera que captó la misión Biomass tras su lanzamiento, muestra una escena impresionante de la selva amazónica en el norte de Brasil. Lo interesante es cómo el radar de esta misión permite “ver” a través de la vegetación y obtener detalles que no son posibles con cámaras normales. En la parte sur de la imagen, los colores rosados y rojos señalan la presencia de humedales, zonas donde el suelo está saturado de agua, lo que modifica la forma en que las señales del radar rebotan. Esta capacidad de detectar detalles incluso en medio de vegetación espesa es una de las fortalezas de Biomass: su radar puede atravesar la selva y dar información incluso sobre el suelo del bosque.
Además, los tonos rojos que se ven a lo largo del río indican la presencia de bosques sobre llanuras aluviales, es decir, zonas planas y fértiles donde los ríos se desbordan durante la temporada de lluvias. En cambio, hacia el norte de la imagen predominan los verdes intensos, que muestran una selva más cerrada, con árboles altos y una topografía más accidentada, lo que sugiere una región menos alterada por actividades humanas.
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La siguiente imagen captada por la misión Biomass nos lleva hasta el sudeste asiático, a las islas de Indonesia. En concreto, muestra la exuberante selva tropical de Halmahera, una isla montañosa con un paisaje moldeado por el origen volcánico de gran parte de su terreno. Uno de los elementos más llamativos que se pueden observar es el monte Gamkonora, un volcán activo visible cerca de la costa norte. Esto demuestra que la misión Biomass no solo detecta vegetación, sino también estructuras geológicas, incluso en regiones densamente cubiertas.
Lo interesante de esta imagen es cómo el radar de Biomass, que opera en la banda P (una longitud de onda larga), puede atravesar la densa vegetación y registrar detalles del terreno que se ocultan bajo la copa de los árboles. Gracias a esto, la imagen no solo muestra la cobertura, sino también la topografía del terreno, como montañas, laderas y zonas volcánicas.
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