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Un grupo internacional de científicos publicó una nueva investigación en la que se detallan sus hallazgos durante una expedición a una de las partes más profundas del océano y en la que se documentó la vida que se encuentra en esta parte remota del planeta.
Durante esta expedición, denominada como “Anillo de Fuego”, los investigadores documentaron las características de casi 30.000 organismos, algunos de los cuales presentan formas inusuales y que no habían sido previamente estudiados por la ciencia.
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Para llegar al hábitat de estas especies, ubicado a cerca de 9.700 metros de profundidad, debajo del mar en tres fosas de subducción japonesas llamadas Ryukyu e Izu-Ogasawara, los científicos utilizaron submarinos tripulados para estudiar estos entornos. Para ponerlo en perspectiva, la Fosa de las Marianas, el área más profunda conocida de la Tierra, tiene una profundidad de cerca de 10.984 metros.
A esta profundidad y en estos sitios profundos recónditos del planeta, estas fueron algunas de las especies que encontraron:
Como explicó Denise Swanborn, investigadora en el Centro de Investigación Oceánica Minderoo-UWAuna (Australia) y de las autoras del estudio, en una entrevista con el portal IFLScience, “este trabajo representa uno de los estudios in situ más detallados sobre la biodiversidad y los hábitats de la zona realizados hasta la fecha. Históricamente, la mayor parte de nuestros conocimientos procedían de sondas fijas o muestras de arrastre, lo que dificultaba comprender cómo viven los organismos en sus hábitats naturales y qué influencias locales determinan dónde encontramos determinados organismos".
Uno de los principales objetivos del estudio era relacionar la ocurrencia de estas especies con factores a gran escala, como el suministro de nutrientes o la profundidad de las fosas marinas.
“La biodiversidad bentónica (es decir, aquella que vive en los fondos marinos) está controlada por una interacción de factores, entre los que se incluyen la profundidad, la disponibilidad de nutrientes, las perturbaciones sísmicas y la estructura del hábitat resultante en múltiples escalas”, se lee en el estudio, publicado en la revista Journal of Biogeography. “La variabilidad de las comunidades dentro de las fosas está relacionada con la actividad sísmica y sus efectos en la estructura del hábitat”.
Entre los avistamientos más destacados por el grupo de investigadores se encuentra “praderas de crinoideos” (también conocidos como lirios del mar) a una profundidad de 9.100 metros, así como un género de pepino de mar (que pertenecen a la misma familia que las estrellas de mar) alrededor 7.500 metros.
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“Cada inmersión aporta algo nuevo que interpretar, y uno de nuestros principales intereses es vincular la biología que observamos con las condiciones ambientales que conforman estos lugares. Para este estudio en particular, la oportunidad de trabajar con datos de vídeo de las profundidades abisales es extraordinaria. Estos datos siguen siendo increíblemente escasos, y disponer de imágenes de seis inmersiones en tres fosas de subducción diferentes nos brinda una oportunidad única para comparar estos entornos”, expresó una de las autoras de los estudios.
A través de este enlace puede ver el estudio completo.
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