Este viernes, Corpoamazonía y Fundación Omacha confirmaron la muerte de la manatí amazónica ‘Lluvia’ que se encontraba en proceso de rehabilitación luego de ser rescatada del tráfico ilegal de fauna silvestre.
Tras un año y medio de rehabilitación el animal falleció y, según cuentan las entidades, aún se desconoce la causa de su muerte.
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“Uno de los aspectos ineludibles en la gestión de la fauna es el manejo posdecomiso de los animales que una vez logran ser recuperados por la autoridad ambiental, precisan recibir atención especializada y una protección reforzada, dada su condición de indefensión. Las acciones que realizamos en este sentido, son las mejores. Lastimosamente, rehabilitaciones, como la de Lluvia, tienen un alto riesgo de fracaso por su nivel de complejidad, y aunque se aúnan esfuerzos entre las autoridades ambientales, las ONG y la comunidad, solamente se logra conservar una especie y el ecosistema, manteniendo la fauna silvestre en su hábitat natural”, expresó Luis Alexander Mejía Bustos, director general de CORPOAMAZONIA.
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Los manatíes amazónicos se encuentran en categoría Vulnerable (VU) de amenaza (establecida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN), debido a la disminución de sus poblaciones, en especial la caza para consumo y la comercialización de las crías. Es clave resaltar que los periodos de gestación de los manatíes son de aproximadamente 13 meses y el cuidado parental es de, al menos, dos años, lapso en el que la madre alimenta exclusivamente a la cría con leche materna. Aproximadamente al año y medio, los manatíes comienzan a probar las plantas acuáticas, alimento que será su dieta principal el resto de su vida.
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Las entidades a cargo de la rehabilitación, hicieron un llamado para seguir combatiendo el tráfico de fauna y Fernando Trujillo, director científico de la Fundación Omacha, recordó que “no deberíamos estar rehabilitando animales silvestres. Ellos deberían vivir en sus hábitats. Lamentablemente, tienen bajas probabilidades de éxito e, incluso, después de tener un programa de rehabilitación positivo y establecido, el animal liberado con frecuencia es asesinado, lo que hace que las posibilidades de vida sean reducidas y requiera procesos de trabajo con las comunidades”.