Durante varios meses, los titulares han acaparado medios uruguayos e internacionales. Uruguay se estaba quedando sin agua, en medio de una sequía en esa parte del continente que estaba afectando los niveles necesarios de los embalses que abastecen a la población. (Le puede interesar: Los microplásticos llegaron a las playas del Caribe)
Mientras que el Gobierno sostuvo que esta era la razón principal, expertos consultados para un artículo publicado el 21 de julio por El Espectador aseguraron que también se trataba de falta de infraestructura clave, a causa de la inacción del Estado.
Este 23 de agosto, tras una lluvia que rompió con varias semanas de sequía y la instalación de infraestructura para atender la emergencia, el presidente de ese país, Luis Lacalle Pou, anunció el fin de la crisis con la recuperación de los niveles y calidad del agua en varios embalses.
“Estamos recibiendo a diario las noticias de la cantidad de agua que hay en [el Embalse] Santa Lucía, en [la represa] Paso Severino, en el trasvase del río San José. Hoy podemos, con cierta tranquilidad, ver que la calidad de agua es muy buena y ver los días que tenemos por delante con un muy buen abastecimiento de agua”, explicó Lacalle. (Le recomendamos: Ciencia ciudadana: un camino para que todos ayudemos a salvar a los corales)
Una de las obras clave para atender la emergencia fue la del trasvase del río San José, con la que se está pasando agua hacia el río Santa Lucía por medio de tuberías. En este río queda uno de los principales embalses del país, que abastece de agua a Montevideo, además de la planta potabilizadora de Aguas Corrientes, fundamental para la calidad del agua.
El presidente uruguayo también informó que durante los dos meses de la emergencia se atendió a 500.000 personas, dentro de las que se encuentran 80.000 adultos jubilados. También se quitaron los impuestos al agua embotellada, para reducir el precio comercial y que las personas pudieran acceder a esta.
Además, aclaró que estas medidas son un parte de tranquilidad en el mediano plazo, pero que para solucionar el problema en el largo plazo deberán llevarse a cabo dos licitaciones. La primera es la construcción de una nueva planta potabilizadora por medio del proyecto Arazatí, que ya fue adjudicado al consorcio Aguas de Montevideo. La segunda es una licitación de sanidad, con la que se espera llegar a 60 de las localidades más pequeñas de ese país. (También puede leer: ¿Podría vivir un mes sin agua? A la mitad de la población mundial ya le toca hacerlo)
En cifras preliminares, a espera de que sean ratificadas por el Ministerio de Hacienda de Uruguay, la crisis le habría costado a ese país alrededor de 70 millones de dólares.
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