Las olas de calor están empeorando en todo el mundo. Tanto, que la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en su más reciente boletín sobre clima y calidad del aire, dijo que podrían generar un círculo vicioso de más problemas de salud relacionados con la contaminación.
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“Las olas de calor empeoran la calidad del aire, con efectos en cadena sobre la salud humana, los ecosistemas, la agricultura y, de hecho, nuestra vida cotidiana”, afirmó el secretario general de la OMM, el profesor Petteri Taalas, quien también adviritió que el cambio climático y la calidad del aire deben ser dos problemas tratados en conjunto si se quiere romper con ese círculo vicioso.
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El informe describe el panorama que se presentó en Estados Unidos y Europa durante 2022, con incendios forestales y olas de calor acompañadas de polvo del desierto, respectivamente.
De hecho, durante ese mismo año, las temperaturas en Europa ya habían batido un récord, pues en la segunda quincena de agosto se produjo una intrusión inusualmente alta de polvo del desierto sobre ese continente y el Mediterráneo.
Además, el informe contiene cifras de las pérdidas de cultivos inducidas por el ozono, que en 2022 tuvieron un promedio entre el 4,4 % y el 12,4 %. Las pérdidas de trigo y soja alcanzaron entre el 15 % y el 30 % por ciento en zonas agrícolas de India y China.
Pero, aunque los datos del reciente boletín hablan del año pasado, Taalas dijo que el 2023 ha sido mucho más extremo y peligroso. “Julio fue el mes caluroso jamás registrado, con un calor intenso en muchas partes del hemisferio norte y esto continuó durante agosto”, afirmó el secretario general de la OMM.
Además, se señaló que las olas de calor y los incendios están estrechamente relacionados debido a que el humo de los incendios contiene una mezcla de sustancias químicas que afecta, no solo a la calidad del aire y la salud, sino también a los ecosistemas. Así se provocan más emisiones de carbono y gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Es por eso que, ante los nuevos panoramas que se enfrentan a nivel mundial, el documento habló de algunas medidas que pueden tomar las personas en su cotidianidad contra la contaminación del aire en caso de incendios forestales y otros riesgos relacionados con las olas de calor.
Uno de los ejemplos fue lo puesto en marcha en Brasil, con parques y áreas cubiertas de árboles dentro de las áreas urbanas para mejorar la calidad del aire y la absorción de dióxido de carbono.
