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Durante 2024 se registraron temperaturas globales sin precedentes. Fue el primer año con una temperatura media superior en 1.5 °C al nivel preindustrial, que fue el umbral establecido por el Acuerdo de París para reducir significativamente los impactos del cambio climático. Ahora, un análisis de Inverto, una consultora global especializada en gestión de la cadena de suministro, ha advertido sobre los riesgos de escasez de alimentos que esto podría traer.
La investigación halló que durante el año pasado hubo un considerable aumento de los precios relacionado con las condiciones climáticas. Los casos más significativos fueron el del cacao, con incrementos de hasta el 163% en su valor, y el café, con una subida del 103%, debido a una combinación de lluvias y temperaturas superiores a la media en sus regiones productoras.
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Por otra parte, el precio del aceite de girasol aumentó en un 56% después de la sequía en Bulgaria y Ucrania, situación que fue agravada por la invasión rusa. También, los valores del jugo de naranja y la mantequilla incrementaron más del 30%, mientras que el de la carne de res subió un poco más del 25%, según la consultora.
Estos hallazgos van en línea con las expectativas de algunos científicos del clima. Por ejemplo, Max Kotz, del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, dijo, según The Guardian, que estos datos muestran que el calor extremo ya está afectando directamente los precios de los alimentos y se refirió a otro caso evidente: el de la temperatura en el este de Asia y cómo en 2024 generó un aumento sustancial en el valor del arroz en Japón y las verduras en China.
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“Los cultivos suelen ser vulnerables a las condiciones meteorológicas extremas, y podemos esperar presenciar perturbaciones continuas en la producción agrícola mundial y las cadenas de suministro, que en última instancia alimentan las preocupaciones sobre la seguridad alimentaria”, cita The Guardian, por otro lado, a Pete Falloon, experto en seguridad alimentaria de la Oficina Meteorológica y la Universidad de Bristol.
De esa manera, de acuerdo con Inverto, una tendencia a largo plazo de los fenómenos meteorológicos extremos seguiría influyendo sobre el rendimiento de los cultivos regionales y provocando picos en los valores de los alimentos. Cabe resaltar que enero de 2025 rompió el récord como el más cálido jamás registrado, con una temperatura de 1.75 °C, según el programa Copernicus, de la Unión Europea, y la Organización Mundial Meteorológica (OMM). Además, se completaron 18 meses seguidos en los que la temperatura media mundial del aire en la superficie superó en más de 1.5 °C el nivel preindustrial.
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Ante la situación, Katharina Erfurt miembro de Inverto, ha sugerido a los fabricantes y minoristas de alimentos diversificar tanto sus cadenas de suministro como sus estrategias de abastecimiento “para reducir la dependencia excesiva de una región afectada por las malas cosechas”.
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