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Durante el día de hoy se está realizando la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, Estados Unidos. Entre los distintos temas sobre los que se hablaran durante el evento, está cómo lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, reformar los sistemas alimentarios para que no afecten el planeta y que estos sean más justos. Sin embargo, organizaciones de pequeños productores, campesinos e indígenas han denunciado que el evento es, en realidad, “una amenaza para la soberanía alimentaria de las personas”. (Le sugerimos: ¿Qué comer para no comernos el planeta?)
La Vía Campesina, una iniciativa que reúne a 182 organizaciones de 81 países del mundo, publicó un comunicado señalando que se trataba de una Cumbre “ilegitima” en la que “las empresas transnacionales estaban usurpando el espacio”.
Una de las críticas, por ejemplo, es que la cumbre se está haciendo en alianza con el World Economic Forum (sector privado) y la enviada especial es Agnes Kalibata, presidente de la Alianza para la Revolución Verde en África (AGRA, por sus siglas en inglés), una agencia que, explican, está financiada por Gates y Rockefeller, lo que, para La Via Campesina, representa un conflicto de interés.
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“Esta Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU se basa en la idea de ´múltiples partes interesadas´: tratando a todas las partes interesadas por igual, sin considerar los desequilibrios de poder o su posición en el sistema. Esta ficción de la igualdad deja a los poderosos a la vez indiscutidos e irresponsables, ocultando o ignorando cualquier conflicto de intereses. Al combinar los intereses corporativos privados con el interés público, anula y borra este último”, señalan.
Según advierte la página de la Cumbre, millones de personas del medio rural están haciendo parte del evento con el fin de hacer que la participación más pública e inclusiva. Pero son varias las organizaciones de pequeños productores los que han llamado a no asistir a la Cumbre. El Mecanismo de la Sociedad Civil y de los Pueblos Indígenas (MSC), fundado en el 2010 con el fin de hacer más inclusiva la participación en la políticas publicas que se construyen desde el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial (CSA) de las Naciones Unidas, también anunció que consideraban esta Cumbre como ilegitima. (Le puede interesar: La seguridad alimentaria del mundo está en peligro por la presión sobre los ríos)
“Las grandes corporaciones multinacionales se están infiltrando cada vez más en los espacios multilaterales de las Naciones Unidas para cooptar el relato de la sostenibilidad y desviarlo hacia los canales de una mayor industrialización con tecnologías digitales y biológicas, la extracción de riqueza y mano de obra de las comunidades rurales y la concentración de poder corporativo en la gobernanza nacional-global. La agenda centrada en el capital y la tecnología que propone la Cumbre refleja estos intereses corporativos y es política, social, económica y ecológicamente desestabilizadora. Denunciamos esta Cumbre por ignorar la necesidad urgente de abordar los grandes desequilibrios de poder que las corporaciones tienen sobre los sistemas alimentarios y este acto de las Naciones Unidas, y rechazamos las falsas soluciones que seguirán oprimiendo y explotando a las personas, las comunidades y los territorios”, explican en su página web.