Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

De la gasolina al tenedor, ¿qué tienen que ver los combustibles fósiles con la comida?

Un reciente informe del Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles advierte sobre cómo los sistemas alimentarios están alimentando la expansión de los combustibles fósiles, incluso cuando otros sectores empiezan a descarbonizarse.

Redacción Ambiente

09 de julio de 2025 - 01:01 p. m.
Uno de los principales hallazgos, apunta a que los sistemas alimentarios consumen el 40 % de todos los productos petroquímicos del mundo, principalmente a través de los fertilizantes sintéticos y de los envases plásticos.
Foto: Pixabay
PUBLICIDAD

Cada vez con más frecuencia (y urgencia), comunidades locales, científicos y organizaciones de la sociedad civil de diferentes partes del mundo llaman la atención para adoptar medidas que permitan abordar una de las principales crisis que enfrentamos como humanidad: el cambio climático.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

Las emisiones de gases de efecto invernadero por el uso de los combustibles fósiles, sintetizaba hace un par de años el IPCC, el grupo de expertos que más sabe sobre calentamiento global, son la principal causa del aumento de las temperaturas. Por eso, para limitar el aumento de la temperatura a 1.5 °C para finales de este siglo, el Panel señaló que las emisiones de dióxido de carbono (CO₂), el principal gas de efecto invernadero, y de metano, tendrían que reducirse a la mitad y en un 34 %, respectivamente, para 2030.

Pese a esto, advierte un reciente informe del Panel Internacional de Expertos en Sistemas Alimentarios Sostenibles (IPES-Food, por sus siglas en inglés), un panel independiente de científicos, la extracción de combustibles fósiles continúa expandiéndose.

Pero no solo eso. A medida que las estrategias de descarbonización se centran en la energía y el transporte, señala el IPES-Food, “la industria del petróleo y el gas está recurriendo cada vez más a los productos petroquímicos —en particular los productos agroquímicos y los envases de plástico para alimentos— como su próxima frontera de crecimiento”.

En palabras de Errol Schweizer, experto de IPES-Food y uno de los autores del informeDe la gasolina al tenedor: ¿Qué hace falta para eliminar los combustibles fósiles de nuestros sistemas alimentarios?’, “los combustibles fósiles son, inquietantemente, la savia de la industria alimentaria”.

El sector alimentario alimenta la expansión de los combustibles fósiles

Uno de los principales hallazgos de la investigación, lanzada en Bruselas (Bélgica), sede del IPES-Food, apunta a que, actualmente, los sistemas alimentarios consumen el 40 % de todos los productos petroquímicos del mundo, principalmente a través de los fertilizantes sintéticos y de los envases plásticos.

Read more!

“Dado que los productos petroquímicos son el principal motor del crecimiento de la demanda de petróleo, los sistemas alimentarios están alimentando la expansión de los combustibles fósiles, incluso cuando otros sectores empiezan a descarbonizarse”, señalaron los autores del documento.

Otros de los hallazgos del grupo de expertos, revelan que el 99 % de los fertilizantes y pesticidas sintéticos nitrogenados proceden de los combustibles fósiles, así como un tercio de los productos petroquímicos se destina a la producción de fertilizantes sintéticos, siendo este el mayor consumidor de combustibles fósiles en la agricultura.

De acuerdo con el informe, los combustibles fósiles están presentes en todas las fases de la cadena alimentaria, empezando por los fertilizantes y los pesticidas, pasando por los alimentos ultraprocesados y los envases plásticos, hasta el almacenamiento en frío. Esta presencia, agregan, no solo viene dada por el uso intensivo de estos productos, sino también por “generosas subvenciones a los combustibles fósiles”.

Para los investigadores, alternativas impulsadas por la industria, como los fertilizantes de amoníaco “azules” y la agricultura, son costosas, consumen mucha energía y suponen un riesgo para el medio ambiente, “al tiempo que afianzan la dependencia de los combustibles fósiles y el control corporativo”.

Read more!
No ad for you

En este sentido, Molly Anderson, experta de la plataforma, aseguró las soluciones a esta problemática vienen dadas por la eliminación progresiva de los productos químicos nocivos en la agricultura, la inversión en la agroecología y en las cadenas locales de suministro de alimentos, “en lugar de duplicar las soluciones tecnológicas impulsadas por las empresas que retrasan el cambio real”.

Sin embargo, estos vínculos entre los sistemas alimentarios y la expansión de los combustibles fósiles, consideran los científicos, permanecen fuera del radar climático, refiriéndose a las diferentes cumbres ambientales que se celebran alrededor del mundo.

Ante ese panorama, la plataforma le hizo un llamado a los gobiernos para que en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), que se realizará en Belén (Brasil), a mediados de noviembre, se ponga sobre la mesa esta discusión y se avance en la eliminación gradual a las subvenciones a los combustibles fósiles y los productos agroquímicos.

No ad for you

“Cuando el precio del petróleo sube, también lo hace el hambre”

El informe de IPES-Food salió pocos días después del punto más crítico de los ataques entre Israel e Irán que, entre otras cosas, llamó la atención de los productores de petróleo, en parte porque Irán es el noveno mayor productor de este hidrocarburo y porque entre Irán y Omán se encuentra el estrecho de Ormuz, por donde pasa cerca del 20 % del petróleo mundial.

Para los integrantes de la plataforma, así como el precio del petróleo puede aumentar como consecuencia de este conflicto, lo mismo puede pasar con los precios de los alimentos, “lo que pone a millones de personas en peligro de hambruna”.

Raj Patel, otro de los expertos de IPES-Food, tiene una forma sencilla de sintetizar esta relación: “vincular los alimentos a los combustibles fósiles es vincular los platos a las plataformas petrolíferas y a las zonas de conflicto. Cuando el precio del petróleo sube, también lo hace el hambre”.

Para Patel, economista inglés, “ese es el peligro de un sistema alimentario adicto a los combustibles fósiles. Desvincular los alimentos de los combustibles fósiles nunca ha sido tan crítico para estabilizar los precios de los alimentos y garantizar que la gente pueda acceder a ellos”.

No ad for you

🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜

Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.