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Pese a que las jirafas son uno de los animales más emblemáticos del mundo, solo hasta 2016 los científicos descubrieron que no existe solo una especie, sino cuatro diferentes de este mamífero, luego de realizar un análisis genético. Ahora, un reciente estudio liderado por la Fundación para la Conservación de la Jirafa, junto a la Universidad de Ciudad del Cabo y la Universidad Autónoma de Madrid, confirma esta información tras realizar un estudio que analizó la morfología del cráneo de las jirafas
El estudio reunió el mayor conjunto de datos conocido sobre fauna de tamaño mediano a grande, mediante el escaneo 3D de 515 cráneos de jirafas provenientes de parques nacionales africanos, granjas de caza y colecciones de museos de todo el mundo. Los análisis mostraron diferencias claras entre los cráneos de jirafas machos y hembras, pero también confirmaron la existencia de cuatro especies: la jirafa masai, la jirafa del norte, la jirafa reticulada y la jirafa del sur.
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De acuerdo con la Fundación, las cuatro especies genéticamente distintas también tienen morfologías craneales distintas, en gran medida vinculadas a sus osiconos (estructuras óseas similares a cuernos en sus cráneos).
En la jirafa del norte, el osicono medio es muy alto y su superficie dorsal es relativamente pequeña, lo que resulta en un contorno puntiagudo. En la jirafa reticulada, el osicono medio es relativamente alto, pero más bajo que en la jirafa del nort, y su superficie dorsal es más grande, creando un contorno más parecido a una colina o un escalón. En la jirafa Masai, el osicono medio es mucho más pequeño que en las dos especies anteriores, pero todavía está presente, formando una pequeña colina. Finalmente, el osicono medio de la jirafa del sur es tenue o prácticamente ausente.
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Según el estudio, publicado en la revista Plos One, las diferencias son más leves en las hembras, observándose una ligera elevación del osicono medio en los ejemplares del norte.
“Hace casi una década, nuestra investigación genética demostró la existencia de cuatro especies de jirafas, y ahora nuestra investigación morfológica colaborativa lo ha confirmado aún más. Ya es hora de que el mundo defienda a las jirafas, en particular la UICN, y cambie la taxonomía obsoleta de las jirafas para darles el estatus que merece”, dijo Julian Fennessy, Director de Conservación de la Fundación para la Conservación de la Jirafa y coautor del estudio.
Para los investigadores está es una oportunidad para seguir implementando medidas que permitan conservar las especies, pues algunas tienen un número “preocupantemente bajo de ejemplares en estado salvaje”, como menciona la Fundación.
“Los esfuerzos de conservación deben centrarse urgentemente en las cuatro especies de jirafas, en particular aquellas con números precariamente bajos, antes de que sea demasiado tarde. La ciencia es ciencia y los hechos son hechos. Espero que ahora se pueda poner fin a cualquier debate en torno a la taxonomía de las jirafas, ya que debemos actuar ahora para salvar a cada una de estas icónicas especies de jirafas”, agrega Fennessy.
