Exploradores forestales: los guardianes del bosque en la Amazonia colombiana

En Caquetá y Guaviare, dos de los departamentos más deforestados del país, WWF-Colombia trabaja con líderes comunitarios locales para prevenir la deforestación y fomentar medios de vida sostenibles y alternativos. Se trata de un grupo de campesinos que pasó de derribar el bosque a protegerlo.

Paula Casas Mogollón
21 de mayo de 2020 - 01:00 p. m.
Exploradores forestales: los guardianes del bosque en la Amazonia colombiana

Muchos se refieren a Chiribiquete como un mundo perdido. Según las creencias indígenas, esta serranía representa un paso a otro mundo. Sus impresionantes mesetas de roca o tepuyes —que alcanzan hasta 900 metros de altura— son las formaciones rocosas más antiguas del continente y pareciera que actúan como una barrera natural para preservar la riqueza del Parque Natural Nacional más grande de Colombia. En los años 80 funcionaron como una muralla de contención para evitar incursiones externas, pero en 2016, tras la firma del Acuerdo de Paz con las Farc, la dinámica de la región cambió y la ganadería sustituyó a la coca como la principal actividad económica de sus habitantes. Ahora, la principal batalla no es contra el conflicto armado, sino con la deforestación. (Lea: Se disparó la deforestación en la Amazonia colombiana (otra vez))

Aunque Chiribiquete, ubicado entre los departamentos de Caquetá y Guaviare, se ha mantenido hasta ahora en un estado excepcional de conservación debido a su aislamiento geográfico y la permanencia de normas culturales ancestrales; la expansión de la ganadería trajo nuevas presiones a las zonas aledañas al parque e intereses que involucran amenazas intensas en ciertas áreas. De acuerdo con el más reciente boletín de alertas tempranas por deforestación, revelado por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), los bosques de la Amazonia colombiana continúan amenazados por la alta tasa de deforestación.

El informe, que alerta sobre esta problemática entre octubre y diciembre del año pasado, señala que la Amazonia concentró el 84,9 % de las alertas. Y que, una vez más, Caquetá se situó como el departamento más deforestado, con el 26,29 %; seguido por Guaviare, con el 23,59 %. Mantener la biodiversidad de Chiribiquete, y principalmente de la Amazonia, es crucial para la supervivencia de los pueblos indígenas que viven en aislamiento voluntario y de comunidades locales indígenas y campesinas. Con ese objetivo, surgieron los exploradores forestales.

La iniciativa, liderada desde 2017 por WWF, apoya la expansión del área protegida del Parque Natural para que algunos campesinos, que anteriormente cultivaban coca o derribaban el bosque, encuentren alternativas sostenibles para vivir mientras los protegen. La estrategia, que ha contado con el apoyo de patrocinadores como la Fundación Príncipe Alberto II de Mónaco, además, le apunta a prevenir la deforestación, identificar zonas para restauración y trabajar en la conservación y el manejo sostenible del territorio junto a los habitantes locales. (Puede leer: La deforestación no es lo único que está acabando con la Amazonia)

La deforestación asociada al cambio en el uso del suelo es uno de los principales motores de emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático. Allí radica la importancia de proyectos que apuntan a objetivos estratégicos para Colombia: proteger su biodiversidad y hacerle frente a la crisis climática. ¿Cómo? Al mantener el bosque en pie y generar alternativas para las comunidades locales diferentes a la ganadería y la agricultura, responsables en gran parte de estas emisiones, debido a la quema de los bosques para la crianza de ganado y la siembra de cultivos agrícolas. La restauración ecológica (es decir, el restablecimiento de la estructura, composición y funcionamiento de un ecosistema) también juega un papel clave, porque permitirá que los nuevos árboles cumplan su función natural de captura de carbono.

El proceso se lleva a cabo en varios lugares de la región, y hombres, mujeres y niños participan voluntariamente. Uno de ellos es Pablo Ortiz Roldán*, profesor en una escuela de la localidad, quien ha buscado, por medio de sus clases, generar en los niños y jóvenes consciencia sobre la riqueza del territorio y la importancia de proteger la selva. “Las familias de muchos de ellos trabajan en la ganadería y no entienden el impacto que tienen en el Amazonas cuando limpian el bosque y promueven estas prácticas ganaderas, pero gracias a este programa, sus hijos ahora ven las cosas de manera diferente y conocen la verdadera riqueza que tiene la región”, añade.

Pablo cuenta que se ha basado en su experiencia como explorador forestal para enseñarles a sus alumnos. Juntos, monitorean las fuentes de agua, los animales, las plantas y la pérdida del área forestal. Luego, analizan la información durante el tiempo de clase. “Es maravilloso, porque han encontrado especies que no sabían que existían y están ansiosos por conservarlas. Gracias a esta iniciativa, los estudiantes abandonan el aula y aprenden de manera práctica desde su entorno, lo que realmente ha mejorado su rendimiento”, dice. (Podría leer: Un mapa no oficial muestra el avance de la deforestación en Chiribiquete)

Al igual que a Pablo, el programa de exploradores forestales les ha cambiado la vida a otras personas en la región. María Pedroza* es una de ellas. Confiesa que “antes veía el bosque como una carga, como un pedazo de tierra sin importancia. Ahora, con las capacitaciones que hemos recibido, te das cuenta de que son muy importantes y te alegras cuando los ves en buen estado”. Durante estos tres años, se ha convertido en una experta en digitalizar la información de los recorridos que hacen los exploradores periódicamente.

En zonas como el Bajo Caguán y el municipio de Calamar, en Guaviare, la estrategia se ha enfocado en el monitoreo participativo de recursos con los habitantes locales, además del fortalecimiento de capacidades técnicas y organizativas de las familias y comunidades de agricultores para analizar y tomar decisiones sobre el manejo forestal. En la actualidad, las comunidades y organizaciones campesinas toman decisiones enfocadas en el uso económico sostenible del bosque, principalmente, al ser un área de alta deforestación.

En ese proceso de cambio han buscado transformar, por ejemplo, la extracción de madera no sostenible en procesos de gestión integrada del paisaje. Magdalena Casas*, una de las exploradoras forestales más jóvenes, asegura que antes junto a su familia quemaba casi todo lo que veían. “Desconocíamos que se podían marcar límites con líneas de control. Ahora tenemos más conciencia de cómo hacer las cosas y he aprendido a valorar mi medio”.

Para expertos como Carlos Mauricio Herrera, especialista en planificación de áreas protegidas de WWF-Colombia, este proceso de registrar los recursos naturales del área permite que los exploradores recopilen información que les ayude en un futuro a proteger y restaurar sus bosques, así como en la articulación de esfuerzos locales con los de otras organizaciones que trabajan en toda la Amazonia. (Puede leer: Serranía de Chiribiquete, estratégica contra la deforestación)

Este proyecto, además, busca la protección de los territorios que hacen parte de la zona de amortiguación de Chiribiquete, el hogar de especies icónicas como tapires, nutrias gigantes, monos lanudos y jaguares. Y ayuda a proteger áreas naturales importantes por su valor turístico y biológico, como la Serranía de la Lindosa, donde se encuentran las famosas cascadas de Tranquilandia y la cordillera del Nuevo Tolima.

Miguel Pacheco, especialista en bosques de WWF-Colombia y coordinador del proyecto, asegura que los resultados de esta pequeña iniciativa pueden representar algo tan grande y valioso como contribuir a la conservación de 4,3 millones de hectáreas en la Amazonia, que es el tamaño del Parque Nacional Chiribiquete. Los exploradores forestales no solo han impactado en la conservación del ecosistema de la región, sino que también lo han conseguido en la educación. “El Gobierno midió recientemente la calidad de las escuelas del país al evaluar el conocimiento de los estudiantes y, a pesar de ser una de las más aisladas, nuestra escuela secundaria obtuvo el mejor puntaje a nivel nacional”, señala Pablo.

*Nombres cambiados para proteger su identidad.

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar